La situación sería, entonces, tal que los Lakers no van a ofrecer nada más y sitúan la pelota en el tejado de New Orleans: si quieren algo, que reactiven ellos la negociación y digan claramente qué quieren.

Sobre todo, después que la última gran propuesta “Lakers” —filtraba Turner— también se acabara estrellando sin respuesta positiva: Lonzo, Kuzma, Ingram, Josh Hart, Ivica Zubac y Kentavious Caldwell-Pope más dos rondas del Draft. Ni con esas han podido persuadir la voluntad de hierro de sus homólogos en New Orleans.

Informaciones indican que Magic Johnson habría dicho a Dell Demps (gerente de los Pelicans) este martes que los Lakers habrían emitido ya su mejor oferta (la de los cinco jóvenes) y que no iban a mejorarla antes del 7 de febrero, fecha límite para los traspasos esta temporada. Parecer ser —añadía Turner— que los Pelicans se podrían haber subido a la parra exigiendo de seis a ocho rondas del Draft, según una fuente anónima con conocimiento de la situación.

Adrian Wojnarowski, que sigue también de cerca la negociación para ESPN, habría agregado que los Lakers estarían interesados en retomar las conversaciones de traspaso por Davis pero que no van a seguir emitiendo propuestas a lo loco. Quieren descubrir qué quieren los Pelicans para poder actuar en consecuencia, desean una contraoferta.

Añade Woj que todo, claro, se trata de una maniobra negociadora por parte de los Lakers, que desean más colaboración e iniciativa por parte de los Pelicans. Esto no es difícil de entender y de hecho es lo más lógico; como en New Orleans han mantenido una estrategia de aguante e indiferencia hasta la fecha, ahora los Lakers quieren aplicar otro modo de encarar la negociación. Están tirando de la cuerda para no hacerse ver vulnerables.