Puerto Príncipe.  Al menos 24 personas murieron y cinco resultaron heridas durante los ataques de pandillas armadas en Bel Air, en esta capital, informó hoy la Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos en Haití (Rnddhh).

Los hechos tuvieron lugar entre el 4 y el 8 de noviembre pasados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, y de acuerdo con el reporte, también quemaron 28 viviendas, siete vehículos y cuatro motocicletas.

‘Al menos otras dos casas fueron acribilladas a balazos’, y los cuerpos de los fallecidos fueron quemados o se los llevó la banda de Jimmy Cherizier, alias Barbecue, que adoptó una estrategia de intervención para no dejar rastro de sus actos, denunció la Rnddhh.
De acuerdo con el informe, el ministro del Interior y de las Colectividades Territoriales, Pierre Josué Agénor Cadet, fue el primer funcionario gubernamental que se puso en contacto con los jóvenes de la zona de Bel-Air para pedirles que terminaran su movimiento de protesta.

El texto asegura que el secretario general para la Seguridad Pública, Léon Ronsard Saint-Cyr, contrató a Cherizier para limpiar el área metropolitana de Puerto Príncipe y tomar el control de Bel-Air.
Saint-Cyr negó su implicación con el líder de banda, y confirmó la creación de una célula de limpieza para despejar las diferentes zonas y levantar las barricadas.

Bel-Air es uno de los centros neurálgicos, tradicionalmente asociados con la oposición en Haití foco de grandes protestas antigubernamentales.

En septiembre y octubre pasados intensas movilizaciones pidieron la renuncia del mandatario Jovenel Moïse, y exigieron un cambio de sistema que haga frente a las necesidades de los más vulnerables.

Aunque a inicios de noviembre las manifestaciones perdieron impulso, en Bel-Air, y otros varios desfavorecidos continuaban movilizados, y las bandas que controlan el territorio obligaban a los habitantes a permanecer en sus hogares.
Organizaciones sociales y diversas personalidades criticaron el aumento de la inseguridad, como resultado de la operación Peyi Lok y la ampliación de las zonas de control de las pandillas.