Santiago, Cuba.- Cuba está a punto para recibir mañana a Benedicto XVI, el segundo papa que visita la isla, en un momento de «actualización del socialismo», de mejores relaciones entre Iglesia y Estado y también entre denuncias de la disidencia por la represión a opositores.
«Bienvenido a Cuba su Santidad Benedicto XVI» se lee en cientos de carteles instalados en Santiago de Cuba y La Habana, los dos escenarios de la visita del pontífice, que estará entre el 26 y el 28 de marzo en la isla donde celebrará dos misas al aire libre, visitará el Santuario de la Caridad del Cobre, y se reunirá con el presidente Raúl Castro.
Aunque no figura en el programa oficial, es posible que Joseph Ratzinger vea también al expresidente Fidel Castro, de 85 años y retirado del poder desde 2006 cuando una grave enfermedad le obligó a delegar en su hermano Raúl.
Cuba, dice su Gobierno, acogerá con «afecto y profundo respeto» a Benedicto XVI, que según la Iglesia transmitirá «ánimo y confianza» que ayudarán a construir el futuro de todos los cubanos y sus familias.
La reconciliación es uno de los mensajes en que más ha insistido la Iglesia católica a propósito de la visita papal, que atraerá a la isla a cientos de peregrinos de Miami (EE.UU), el principal núcleo de la diáspora y exilio cubanos.
En la calle, la mayoría de los cubanos ven positiva la visita del pontífice, muchos recuerdan la de Juan Pablo II y su mensaje «que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba» y hay otros que no creen que vaya a dejar cambios sustanciales.
La Cuba que espera a Ratzinger está inmersa en «actualizar» su modelo socialista para superar una grave crisis económica con reformas que han abierto un resquicio a la iniciativa privada.
Otra de las claves del momento en la isla es el «renacer» de la Iglesia católica al convertirse en una activa interlocutora del Gobierno y mediadora en el proceso de excarcelación de presos políticos que tuvo lugar entre 2010 y 2011.
La Iglesia insiste en que la visita del papa es pastoral pero muchos centran sus expectativas en los mensajes «políticos» que pueda trasladar el obispo de Roma quien, a bordo del avión vaticano rumbo a México, manifestó que la ideología marxista ya no responde a la realidad, unas palabras que el régimen cubano acogió con «respeto».
Benedicto XVI no se reunirá con representantes de la disidencia, que espera que el papa sea «la voz de quienes no tienen voz en Cuba» y que han denunciado que el régimen ha intensificado sus acciones represivas en los últimos días contra opositores pacíficos.
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) reportó hoy mismo que en los últimos cuatro días se han registrado decenas de detenciones arbitrarias así como amenazas e intimidaciones a disidentes para que no vayan a las misas papales.
El Gobierno, que considera a los disidentes contrarrevolucionarios y mercenarios pagados por Estados Unidos, advierte de que «fracasarán» quienes quieran «obstaculizar esta visita apostólica con manipulaciones políticas».
Joseph Ratzinger llega como «peregrino de la Caridad» en el Año Jubilar en el que se conmemoran los 400 años del hallazgo de la imagen mariana en 1612, cuando tres buscadores de sal la encontraron flotando en las aguas de la Bahía de Nipe.
La Caridad, o «Cachita» como se la conoce popularmente, es la patrona del país y todo un símbolo de identidad y fe para los cubanos de dentro y fuera de la isla que trasciende del marco católico a la cultura e historia de Cuba.
Procedente de México, Benedicto XVI aterrizará el lunes en Santiago de Cuba donde será recibido por Raúl Castro y donde oficiará su primera misa.
Tras pernoctar en una vivienda construida para la ocasión en el Santuario del Cobre, el martes 27 visitará este recinto religioso para después partir hacia La Habana donde esa tarde será recibido de nuevo por el presidente cubano, esta vez en el Palacio de la Revolución.
El miércoles 28, último día de la visita papal, Benedicto XVI oficiará su segunda y última misa en la emblemática Plaza de la Revolución, escenario de masivas celebraciones en la isla, y por la tarde realizará un recorrido en «papamóvil» hasta el aeropuerto desde donde regresará a Roma.
La visita de Benedicto XVI a México y Cuba ha sido la segunda gira del pontífice a Latinoamérica y la primera a países de habla española de la región tras la que cursó a Brasil en 2007.
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