«Una volatilidad creciente en la economía global está causando problemas en el mantenimiento y aumento de los programas de tratamiento del sida en países de renta baja», indica el informe publicado hoy por el BM.

El banco pone como ejemplo a Uganda, cuyos programas de lucha contra la enfermedad dependen en un 85 por ciento de la ayuda financiera exterior, por lo que, pese a tener índices más bajos de sida que al sur de África, corre el riesgo de sufrir un repunte.

El informe recuerda que, tras décadas de aumento de los fondos, que han estabilizado la enfermedad y ha permitido que millones de personas puedan recibir tratamientos para evitar la muerte, los costes están aumentando y la mala situación de las finanzas públicas en el sur de África eleva el peligro.

En Botswana, donde un cuarto de la población entre 15 y 49 años es portadora del VIH, el informe señala que el coste fiscal de los programas contra el sida aumentará en 2016 hasta un 3,5 por ciento del producto interior bruto (PIB).

Ese coste podría crecer a una proporción del 12 por ciento en 2021, si siguen cayendo los ingresos mineros y subiendo el coste de los programas médicos.

Pese a todo, el BM recordó que desde 1996 los fondos a nivel mundial para contener la epidemia de sida se han incrementado desde los 260 millones de dólares hasta los 15.900 millones de dólares de 2009.

Según el informe, la inversión pública para combatir la epidemia solo podría reducirse si se mejora la planificación fiscal y se contiene la transmisión de la enfermedad.

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