EL MANDATO ESTÁ ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 114 DE LA CONSTITUCIÓN

Por Daris Javier Cuevas

Discurso. El espectáculo más deprimente tuvo su epicentro en las opiniones del expresidente Mejía para refutar las cifras y el mensaje del presidente Leonel Fernández.

La rendición de cuentas es un mandato establecido en el artículo 114 de la Constitución de la República Dominicana, y dicha responsabilidad recae en el presidente de la República para rendir cuentas anualmente, ante el Congreso Nacional, de la administración presupuestaria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior el cual debe estar acompañada de un mensaje explicativo de las proyecciones macroeconómicas y fiscales, los resultados económicos, financieros y sociales esperados de acuerdo con el artículo 128, numeral 2, literal f) de la Carta Magna.

Esta formalidad ha sido cumplida por los presidentes de la República en la Era de Convivencias Democráticas.

Democracia
Es legítimo y democrático que se produzcan críticas al discurso del mandatario por parte de la oposición, los grupos de presión y la sociedad civil. Sin embargo, lo que es una falta inexcusable es que estas críticas sean irreflexivas y carentes de respuestas sustanciosas, y que se refute el contenido de lo expuesto con argumentos débiles. Pero lo peor es saber que quienes incurren en esa práctica son dirigentes y legisladores, los cuales ponen de manifiesto la falta de profundidad en lo tratado. Se ha convertido en una práctica del simplismo, criticar el mensaje presidencial con  la frase vacía de: ‘‘no llenó las expectativas” o “no se correspondió con lo que vive el país”. Situación que le arruga el alma a cualquier mortal.

Pero en la última rendición de cuentas del presidente Fernández, el espectáculo más deprimente tuvo su epicentro en las opiniones emanadas del expresidente Mejía para refutar las cifras y el mensaje del Presidente. Comenzando con la postergación de sus respuestas hasta no creer en nada de lo expuesto, con ausencia de argumentos que validen sus críticas.

En la rendición de cuentas del presidente Fernández, el 27 de febrero del 2012, se presentan indicadores macroeconómicos que resultan irrefutables ya que la economía registró un crecimiento de un 4.5% superior al 4.3% de America Latina, la solvencia de las entidades de intermediación financiera se sitúa en 17.45%, superior al requerimiento del 10% de la Ley Monetaria y Financiera, la inversión extranjera el año pasado alcanzó US$2,371.1 millones, el peso dominicano mantuvo su estabilidad, depreciándose en sólo 3.3% frente al dólar estadounidense, y que se ha fortalecido en un 42% en relación al 2004, ya que las operaciones fueron a final de diciembre de RD$38.90 por dólar, el nivel de reservas internacionales netas del Banco Central, alcanzó US$3,638 millones, la deuda dominicana se encuentra en B+ y con una perspectiva estable, la tasa de inflación se ha mantenido en un dígito, con una media anual de 5.9%, la tasa de desempleo ha caído a 13.5%, la tasa de pobreza descendió de 42%  a un 32%. ¿Cómo negar esta realidad? A Hipólito Mejía en calidad de Presidente Constitucional de la República (2000-2004) le correspondió cumplir con el rendimiento de cuentas que establece nuestra Carta Magna, pues una simple lectura de las mismas nos permite identificar las debilidades y simplezas con que asume temas delicados y muy serios, así como los resultados económicos de su gestión.

En efecto, en su primera rendición de cuentas Mejía solo se limitó hacer descripciones  y críticas a la administración Fernández y lo único que pudo observarse es que no entendía la política monetaria aplicada, ni le daba importancia a las obras ejecutadas por la anterior administración y solo resaltó la reforma tributaria que llevó a cabo en el último cuatrimestre del 2000. En la segunda rendición de cuentas de su primer año de Gobierno, le informó a la nación que la economía dominicana creció 2.7% en 2001, esto es inferior al ritmo que se registraba en el período anterior, aumento en la tasa desempleo abierto, ya que se perdieron 13,975 empleos, eliminación de los subsidios generalizados, colocación de bonos soberanos por US$500 millones a una tasa de interés de 9.5%, ejecución de la Ley de Impuestos a los Hidrocarburos, la deuda pública externa aumentó en US$453 millones en el 2001, el gasto total del Gobierno ascendió a RD$59,000 millones de los cuales  el 73.5% correspondió a gastos corrientes, y exclamó: “¡Qué viva el gasto corriente!”.

MAYOR DE LA REGIÓN
En la rendición de cuentas del presidente Fernández el 27 de febrero del 2012, se presentan indicadores macroeconómicos que resultan irrefutables, ya que la economía registró un crecimiento de un 4.5%.

SOLVENCIA FINANCIERA
La solvencia de las entidades de intermediación financiera se sitúa en 17.45%, superior al requerimiento de 10% de la Ley Monetaria y Financiera. La inversión extranjera el año pasado alcanzó US$2, 371.1 millones.

LOS PLANTEAMIENTOS DURANTE EL 2000-04

LOS RESULTADOS
En la tercera rendición de cuentas del 27 de febrero del 2003, refiriéndose al 2002, los resultados fueron: la inflación subió a 10.5%, producto en gran parte por la depreciación del peso dominicano, la cual alcanzó un 25%, además de que había desmonetizado RD$700 millones en apenas dos meses, a pesar de que el compromiso con el sector empresarial era de RD$100 millones mensuales.

RENDICIÓN CUATRIENIO
El 27 de febrero del 2004 los elementos más destacados fueron: la segunda emisión de bonos soberanos por U$600 millones, admitir una crisis -y quien quiera negarlo, sólo se coloca una venda ante sus ojos- para resaltar que el país fue sacudido por la quiebra de tres bancos, con un costo cercano a US$3,000 millones. Dijo: “Soy el primero en reconocer que todo está caro”; para anunciar ante la Asamblea Nacional su intención de la reelección a pesar de haberlo negado en múltiples ocasiones. ¡Cuántas tragedias en tan poco tiempo! En definitiva Hipólito habla de lo que no sabe y quiere dar clase de lo que no entiende.