Luego de haber agotado períodos relativamente largos, como articulista de otros importantes periódicos, don Rafael Molina Morillo, querido y admirado director de este Periódico, me brindó la oportunidad de escribir todos los viernes mi columna titulada “Desarrollo e institucionalidad” en este periódico, que se ha convertido, por su seriedad, profesionalidad y actualidad informativas, en el periódico de mayor circulación del país.

El pasado viernes 23 de marzo mi artículo tenía por título: “Publicidad estatal regulada”, en la que, frente al dispendio y uso para fines distintos a los permitidos por la norma, de la publicidad de las instituciones públicas, vuelvo a abogar por la aprobación de una ley que regule la publicidad estatal, pero por algún problema técnico, que desconozco, mi artículo fue intercambiado con otro, no escrito por mí, que tiene por título “Destino y Compromiso”.

Generalmente no leo mis propios artículos, pero bien temprano me llamó un amigo y después varios más, sin parcela política unos, y del PRD otros, los últimos para felicitarme por haberme decidido, finalmente según ellos, a entrar al mundo de la política partidaria, pero al mismo tiempo cuestionándome por haberlo hecho por Danilo. También varios amigos del PLD y que simpatizan por el proyecto de Danilo me contactaron, para felicitarme por el paso dado, dando cuenta de que había hecho lo correcto.

Frente a esa noticia, hasta ese momento desconocida por mí, de que me había comprometido con Danilo, de acuerdo con las llamadas recibidas, acudí sorprendido a ver mi columna y al leerla pude verificar de donde venía la noticia, que, al parecer ha corrido como pólvora, a juzgar por la cantidad de mensajes y llamadas recibidas.

Declaro formalmente que ese artículo no lo escribí yo. No se corresponde, ni por el título ni, mucho menos, por su contenido con el escrito para mi columna, pues el mismo refleja una opción y compromiso del que lo escribió con el candidato del PLD, Danilo Medina. No pertenezco ni he pertenecido a ningún partido político, ni a ningún movimiento de apoyo, como tampoco he declarado nunca mi preferencia partidaria o por candidaturas determinadas.

Mi única opción y compromiso es con el desarrollo del país y su institucionalidad democrática, lo que he pregonado a los cuatro vientos desde los diez años, cuando funde el primer grupo de estudios de nuestra realidad y nuestro futuro como país.

Desde que me hice mayor de edad he asumido con mucho nivel de responsabilidad mi deber como ciudadano de acudir a votar, pero nunca he tomado una bandera partidaria ni la de ningún candidato. Si algún día me decido a apoyar a un candidato o a un partido determinado lo haría con mucho orgullo y seguro de que voy a aportar y a luchar porque las instituciones funcionen como lo que son: instrumentos al servicio del bien común, y no al servicio de quienes las dirigen.

Por: Carlos Salcedo

(abogado y articulista de los viernes del periódico El Día)