La cantante murió ahogada el pasado 11 de febrero de forma accidental en la bañera del hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, según informó la oficina del forense del condado angelino el pasado 22 de marzo.

Parte del informe forense descartó entonces cualquier indicio de acto delictivo en el repentino adiós de la diva estadounidense y apuntó que unos problemas cardíacos y un reciente consumo de cocaína contribuyeron a su fallecimiento.

En el documento final publicado hoy por la oficina forense del condado de Los Ángeles se asegura que la policía encontró en la habitación una cuchara con polvo blanco, un pequeño trozo de papel enrollado y un pequeño espejo con restos de una sustancia blanca.

El informe no identifica el «polvo blanco» como cocaína, si bien el análisis toxicológico reveló que se encontraron restos de esa sustancia en el cuerpo de la cantante.

Asimismo, se detalla que el cuerpo de la artista fue encontrado boca abajo en la bañera repleta de agua. También se resalta la presencia de un «hilo de sangre» que salía de la nariz de la artista y una perforación en su tabique nasal, producto de su «historial de abuso de drogas».

El documento sostiene que la policía halló además «una plétora de fármacos» en la habitación del hotel.

También explica que la cantante se quejaba de un dolor de garganta el mismo día de su muerte, por lo que sus asistentes le aconsejaron que se diera un baño antes de acudir a una fiesta previa a los Grammy, en la que iba a cantar.

La asistente de la artista la dejó a solas para hacer un recado en una tienda cercana, y cuando regresó a la habitación encontró a Houston boca abajo en la bañera.

Los análisis toxicológicos encontraron restos de cocaína y metabolitos, sustancias que quedan en el organismo tras la descomposición de un fármaco, así como de marihuana, xanax, flexeril y benadryl, si bien estas sustancias no fueron un factor en el deceso de la artista.

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