Según el portavoz de la Policía Nacional, Frank Mba, uno de los 40 prisioneros murió al ser tiroteado por el personal de seguridad, y aseguró que soldados y agentes están buscando a los reos fugados.

Varias explosiones pudieron escucharse en el recinto de la prisión y tiros esporádicos.

Damaturu se encuentra bajo un toque de queda desde el pasado martes, cuando más de 100 miembros de la secta radical islámica Boko Haram irrumpieron en la ciudad y se enfrentaron con los militares de la Fuerza de Intervención Conjunta en un fuego cruzado que se prolongó durante varias horas, lo que dejó más de 40 muertos.

Aunque no se sabe quienes fueron los autores del ataque, el diario local Sunday Trust indicó hoy que los sospechosos de pertenecer a Boko Haram suelen ser encarcelados en el centro de Damaturu antes de ser trasladados a Abuya, donde se les interroga.

La secta radical, cuyo nombre significa «la educación no islámica es pecado», lucha por imponer la ley islámica en Nigeria, de mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur.

Desde el inicio de su campaña violenta en 2009, cuando el fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, murió bajo custodia policial, la secta ha matado a unas 1.200 personas, la mayoría en ataques perpetrados en el norte de Nigeria, según cifras oficiales.

Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.