Caracas.- El presidente venezolano, Hugo Chávez, lanzó hoy una nueva «gran misión» para dar respuesta a las altas cifras de violencia del país a menos de cuatro meses para las elecciones, y reconoció que el problema es «grave» e «inobjetable» y que su país ocupa el quinto lugar mundial en homicidios.
En una intervención desde el Palacio de Miraflores transmitida en cadena de radio y televisión, Chávez presentó la misión A toda Vida, un plan estructurado sobre seis ejes que prevé programas más allá de las elecciones y que contempla aspectos como la creación de tribunales municipales o el refuerzo de los cuerpos de seguridad.
El mandatario venezolano hizo una exposición de cerca de tres horas sobre el plan, pero no ofreció cifras sobre víctimas de la violencia y no dejó de acusar a la oposición de utilizar el tema de la violencia con fines «politiqueros».
«Así como nosotros desde el Gobierno debemos reconocer que este es un problema grave, es un problema inobjetable, también debemos decir que es inobjetable el manejo antiético y politiquero que hace la derecha venezolana acerca de este problema», señaló.
Chávez afirmó que en los años ochenta se duplicó en América Latina la violencia criminal y en los noventa hasta se cuadriplicó, «y eso incluye a Venezuela».
En ese contexto, citó un estudio mundial de homicidios de las Naciones Unidas de 2011, según el cual «entre los diez países con las más altas tasas de homicidio en el mundo, ocho son latinoamericanos».
«Y Venezuela es uno de ellos, el quinto», puntualizó.
El gobernante atribuyó el repunte de los delitos en la región a las políticas neoliberales, pero admitió que sólo las políticas sociales no bastan para responder a este problema.
«Venezuela es un ejemplo de que no bastan esas políticas sociales para disminuir los índices de violencia social», afirmó.
Con una tasa de asesinatos oficial de 48 por cada 100.000 habitantes en un país con 28,9 millones de personas -según los datos preliminares del censo 2011-, Chávez señaló que su estrategia se basará en la prevención y en fortalecer los órganos de seguridad.
También mencionó la transformación del sistema judicial penal y la creación de mecanismos alternativos de resolución de conflictos; la modernización del sistema penitenciario; la atención a víctimas de la violencia y la «creación y socialización» del conocimiento para la seguridad.
Indicó que ya se han formado cerca de 400 jueces que están «listos para irse a crear junto al pueblo» tribunales municipales.
Agregó que esos juzgados entrarán a funcionar el 1 de enero en 79 municipios del país «donde se concentra más del 80 % de la criminalidad nacional», aunque especuló con la posibilidad de adelantar esa fecha.
En su extenso repaso del problema, Chávez atribuyó las altas cifras de asesinatos a la cultura de la violencia de los barrios marginales, basada en el «machismo», dijo, y al alcoholismo, entre otros aspectos.
También indicó que durante la descentralización de los años noventa «surgieron muchos cuerpos policiales capitaneados, dirigidos o acaudillados por verdaderas mafias».
Incluso, afirmó que ha pedido a los organismos de seguridad e inteligencia militar «que no le pierdan la vista a estos cuerpos policiales donde está gobernando la oposición».
En el acto, Chávez aprobó varios programas para atacar delitos como el secuestro o la delincuencia organizada.
«Yo sé que al terminar la cadena, ya me imagino, la burguesía y tal. No, que esto es un plan electorero (…) Primero, no lo necesito, estamos ganando sobrados», dijo el presidente venezolano, al asegurar que «ellos (la oposición) son los que andan desesperados».
Antes de que el gobernante venezolano presentara la misión, el candidato presidencial de la alianza opositora, Henrique Capriles, censuró la iniciativa de Chávez por entender que lo estaba haciendo en un contexto electoral y a pocos meses para los comicios presidenciales del 7 de octubre.
«18 planes ha lanzado el Gobierno en materia de seguridad, todos han sido un fracaso ¡Vienen elecciones y hoy lanzarán otro!», escribió Capriles en la red social Twitter.
El opositor subrayó que «el primer responsable en materia de seguridad en cualquier país es el Gobierno y su presidente».
«Yo asumo ponerme al frente de este problema. ¿Qué le dice el Gobierno a los familiares de más de 150.000 venezolanos asesinados estos últimos años?», cuestionó.
En diciembre pasado, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) señaló el 2011 como «el año más violento de la historia» de Venezuela, con 19.336 personas asesinadas, según cifras recopiladas en el informe anual elaborado por esa ONG que reúne a centros de estudios sociales de seis universidades del país.
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