«En los años 80 se duplicó en América Latina la violencia criminal y en los 90 se triplicó y hasta se cuadriplicó y eso incluye a Venezuela», afirmó Chávez en una cadena de radio y televisión para presentar un plan de seguridad.

Indicó, al citar cifras y una revisión de la «historia reciente» aunque sin precisar estadísticas exactas, que Venezuela fue «uno de los países donde se disparó sobre todo la violencia criminal».

«Debemos reconocer que este es un problema grave, es un problema inobjetable», señaló al presidente, al acusar inmediatamente también como «inobjetale» el manejo «antiético y politiquero» de la oposición sobre el tema.

El gobernante consideró que existe una «poderosa conexión» entre el repunte de los delitos en Latinoamérica, que describió según «estudios serios» como la «región más violenta del mundo», con la «aceleración de la aplicación de las políticas neoliberales en este continente».

«El hambre, la desigualdad, la miseria, la pobreza y al lado de esa miseria (…) el derroche de la burguesía», apuntó.

No obstante, reconoció que «la sola disminución de la pobreza», que, señaló, ha «sido gigantesca» en su país, o de la miseria, que, aseguró, estaba en más de 20 % y actualmente se sitúa «por el orden del 7 %», no han sido suficiente.

«Venezuela es un ejemplo de que no bastan esas políticas sociales para disminuir los índices de violencia social», sostuvo Chávez, que hoy presentó la Gran Misión a Toda Vida Venezuela, como un conjunto de iniciativas para enfrentar la violencia.

En ese contexto, citó un estudio mundial de homicidios de las Naciones Unidas de 2011, según el cual «entre los diez países con las más altas tasas de homicidio en el mundo, ocho son latinoamericanos».

«Y Venezuela es uno de ellos, el quinto», puntualizó el jefe de Estado venezolano.

El Gobierno sostiene que la tasa de homicidios es de 48 muertes por cada 100.000 habitantes, en un país con una población de 28,9 millones de personas.

En diciembre pasado, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) señaló el 2011 como «el año más violento de la historia» de Venezuela, con 19.336 personas asesinadas, según cifras recopiladas en el informe anual elaborado por esa ONG que reúne a centros de estudios sociales de seis universidades del país.