El japonés de 31 años, que en el momento de la llegada del devastador tsunami a Sendai se encontraba trabajando en el hotel, quiso permanecer en su puesto para ayudar a garantizar la seguridad de los huéspedes, a pesar de que su mujer le había informado sobre la desaparición de su hija en la catástrofe.

El acto de responsabilidad de Mishima, así como su dedicación y compromiso en un momento tan complicado, conmovió al comité organizador de los Juegos de Londres y permitirá al japonés llevar la llama el próximo 25 de junio en la ciudad de Leeds, al norte de Inglaterra, informó la agencia Kyodo.

«Correré con todo mi corazón y mi alma por mi familia y espero poder decirle a la gente afectada por el desastre que todos pueden superar la tragedia y lograr grandes cosas», afirmó Mishima.

El japonés, que fue padre en enero, aseguró que podrá «presumir en el futuro de haber llevado la antorcha», una alegría que le ayuda a poder superar este último año en el que ha «sufrido y luchado en momentos difíciles» y que superado gracias al apoyo de su familia.

Mishima fue propuesto para ser portador olímpico por el supervisor del hotel en el que trabaja, Kimifusa Shibata, de 47 años, que destacó que tras la llegada a Sendai del tsunami, y «a pesar de que estaba afrontando una situación difícil», decidió «volver a su puesto de trabajo y alentar a sus compañeros».

El terremoto y tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasó el noreste de Japón destrozó también la casa de Mishima, que no logró encontrar el cuerpo sin vida de su hija de dos años hasta una semana después de producirse la tragedia, detalló Kyodo.

Mishima es uno de los dos portadores de la antorcha olímpica en representación de Japón de cara al inicio de los Juegos de Londres 2012, junto con el empresario de 62 años, Masataka Kubo.

El recorrido de la llama olímpica inició el pasado 19 de mayo de Grecia y, tras recorrer cerca de 13.000 kilómetros, llegará a Londres el día 27 de julio con motivo de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

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