El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) solicitó hoy fondos para poder mantener el programa de lucha contra la malnutrición infantil en esa región de África, que incluye nueve países y que está acuciada por la sequía.

Unicef recordó que desde principios de año ha tenido que atender a cerca de 250,000 niños menores de cinco años que sufren de malnutrición severa y que sin la ayuda habrían perecido.

La agencia de la ONU considera que las mayores necesidades se darán durante los próximos tres meses, dado que la región atravesará su periodo más seco del año.

Asimismo, el conflicto en Malí ha exacerbado la situación al forzar a 340,000 personas a abandonar sus hogares, 170,000 de las cuales se han refugiado en tres países vecinos (Mauritania, Burkina Faso y Níger) y otros 170,000 son desplazados internos en su propio país.

Ante esta situación, Unicef solicitó hoy a los donantes 146 millones de dólares, una cifra que se añadirá a los 93 millones pedidos con anterioridad y obtenidos en los primeros cinco meses del año.

Unicef alertó que los niños del norte de Malí están «claramente» en riesgo de padecer abusos y de ser reclutados por grupos armados.

Asimismo recordó que hay que prevenir brotes de cólera una vez comience la estación de las lluvias, dado que la enfermedad es endémica en muchas de las áreas afectadas por la sequía.

La ONU considera que la sequía y consecuente crisis alimentaria en el Sahel afecta a unos 18 millones de personas en Burkina Faso, Camerún, Chad, Gambia, Mauritania, Malí, Níger, Nigeria y Senegal.

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