Daniel de Pou

Por Johnny Arrendel

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las personas que portan armas de fuego no  cuentan con una mayor protección para su la integridad ante eventuales atracos, sino que por el contrario, están expuestos en mayor medida a resultar asesinadas,
declaró el experto  en seguridad ciudadana, Daniel Pou.

Informó que de acuerdo a estadísticas, cuando una persona que lleva consigo un arma de fuego es asaltada, la posibilidad de que sea
victima de homicidio se elevan hasta en un 14 por ciento mas que otra que no tenga encima artefactos de ese tipo.

De acuerdo al también politólogo, entre las razones que incrementan los riesgos para los portadores de armas, está que para los
delincuentes es un galardón desarmar a una persona, y mas aún, asesinarla.

También, que en la lógica de los atracadores, no es rentable darle oportunidad a una persona armada y entrenada de repeler su ataque, por lo que en la mayoría de casos que presumen que su eventual victima está armada, le asesinan de inmediato.

Aseveró que en la República Dominicana la delincuencia se ha convertido en una actividad corporativa, por lo que los agentes del
delito en la mayoría de los casos tienen conexiones con otros actores sociales que a su vez se benefician de su accionar.

Precisó que el incremento del delito no está relacionado directamente con las repatriaciones de ciudadanos desde Estados Unidos, ya que la tasa de reincidencia de estos ciudadanos es en general muy baja, inferior al 4%, y en los casos que remiten, la infracción en la que incurre la mayoría es la falsificación de documentos para tratar de volver a Norteamérica.

Lo que sucede es que en la actualidad todo se ha universalizado, y el crimen no es ajeno a esta realidad, por lo que los actores locales del delito asumen modalidad propias de otras naciones”, subrayó Pou.

PREVENCIÓN

El experto resalta que la prevención es la mejor política para combatir el delito, tanto desde el punto de vista individual como
colectivo, por lo que toda persona deberá autoevaluar de manera permanente el lugar donde está ubicada y reconocer que en la medida en que haga ostentación de bienes y riquezas ejercerá un mayor atractivo sobre los delincuentes, será por tanto más vulnerable.

Lamentó que en país no se ejecute una verdadera política de seguridad ciudadana, y que los intentos concretados hasta ahora se han limitado a buscar efectos inmediatistas y a largo plazo, por lo que no reportan los resultados esperados.

Manifestó que ofrecer garantías plenas de seguridad a los ciudadanos es obligación del Estado, y señaló que a pesar de que las estadísticas dominicanas en ese sentido son deficientes, las cifras indican que la tasa de victimización al 2011 es de 25.10, es decir que cada cien mil habitantes del país, más de 25 son asesinadas cada año.

“Esa cifra es alarmante, en la medida que tomemos en cuenta que hace 10 años el promedio de asesinatos por cada cien mil habitantes
oscilaba entre 11 y 13, entonces lo hemos duplicado en ese lapso, y claro, cuando un mal no es afrontado en forma eficiente, ese flagelo
se magnifica”, aseveró.

RECOMENDACIONES

Advirtió que la indiscreción en que suelen incurrir los dominicanos de manera cotidiana, sobre todo  en los ámbitos familiar y laboral, se convierte en el principal catalizador para convertirles en futuras victimas del delito.

Dijo que es usual que delante de los hijos, empleados y hasta de desconocidos, los ciudadanos desarrollen conversaciones al estilo de:
“Vamos a vender la casa, la finca o el carro, y nos entrará tal cantidad de dinero”, actitud que no es prudente, y como muestra está
la gran cantidad de robos y asesinatos generados por gente del entorno de las victimas.

Asimismo, Pou aconseja  a las personas que nunca permitan que los proveedores de servicios penetren a sus viviendas sin estar
supervisadas, dígase mensajeros de colmados, instaladores de tanques de gas de cocina etcétera, y que vigilen los vínculos que ellos puedan establecer con miembros del personal fijo de la casa.

En tanto, quienes transitan en vehículos deben mantener en todo momento sus cristales subidos, y cuando lleguen a una intercepción y se detengan, tratar de dejar un espacio con el vehículo que le quede delante lo suficientemente amplio para girar hacia la izquierda o la derecha y así escapar en caso de necesidad.

Indicó que es importante, también, observar detenidamente el entorno antes de subir a un vehículo, a fin de detectar a tiempo cualquier novedad, mientras que antes de bajarse es preciso mirar por los espejos retrovisores para verificar posibles amenazas, como por ejemplo, parejas de motoristas.

En cuanto a las personas que tienen la necesidad de trasladar a su hijos u otros niños, señaló que tienen en todo momento que hacer
conciencia de su mayor vulnerabilidad, y por tanto les aconsejó no hacer resistencia en caso de resultar atacados por delincuentes.

Recomendó a los automovilistas, en particular a las damas, no colocar sus carteras, dispositivos electrónicos, joyas y demás elementos, a la vista de los transeúntes, ya que así se incrementan los riesgos de ser atacados.

Advirtió que los cristales tintados son un factor que incrementa la inseguridad del conductor, ya que dificulta la visibilidad del
entorno, sobre todo en las noches, y por tanto hace a los ocupantes más vulnerable al momento de salir del vehículo.

DEBILIDAD DEL ESTADO

Daniel Pou aseguró que en la República Dominicana el Estado está prácticamente desarticulado y nunca se ha pensado en términos de
políticas públicas, lo que imposibilita la implementación de una estrategia correcta de seguridad ciudadana.

“Políticas públicas implican comprometer a todas las instancias del Estado, y en el país, muchos de los atracos que se producen con
derrames de sangre están motivados por el vicio de las drogas, ya que sus ejecutantes actúan exacerbados por el uso de narcóticos, un
problema de salud pública, mientras no tenemos en el contexto estatal verdaderos programas de prevención”, señaló.

Criticó que en lugar de desarrollar programas de prevención, el Consejo Nacional de Drogas se dedique a distribuir los bienes
incautados a los narcotraficantes, pero carece de una política efectiva dirigida a los narcodependientes y a evitar que otros
incurran en el vicio.

Con relación a la Dirección General de Control de Drogas, así como otros cuerpos represivos del delito, censuró que dependan
orgánicamente del la Presidencia de la República, cuando deberían responder directamente a la Procuraduría General de la República.

Daniel Pou fue entrevistado en el programa radial El matutino de Teo Veras, por la estación La 91.3, por sus conductores Teo Veras y Andrés Julio Hirujo.