SANTIAGO DEL ESTERO. A medida que pasan las horas y se van conociendo más detalles de los resultados de la autopsia en el cuerpo de Morena Díaz, la indignación, la rabia, el dolor y la congoja van en aumento entre los santiagueños que no salen de su estado de estupor y tristeza por este caso que tomó estado nacional.
Fueron muchos los golpes que la beba de un año y medio sufrió en frágil cuerpo por parte de la pareja de su madre de 16 años, pero dos de ellos fueron letales: uno en la cabeza y el otro en el tórax. Esto provocó en Morena fractura de cráneo y hemorragias internas que derivaron en convulsiones y luego en un paro que apagó su vida.

La ida al hospital

En las últimas horas del sábado, Morena fue llevada por su mama de 18 años y la pareja de ésta, un adolescente de 16, los cuales relataron a los médicos de guardia del Hospital Zona de Fernández, ciudad situada a 50 kilómetros de la capital santiagueña, que «la beba se cayó porque le dio convulsiones y se golpeó la frente», intentando justificar así el moretón en esa zona.
Cuando los médicos desistieron de los ejercicios de reanimación, revisaron el cuerpo de la beba y se dieron cuenta de que tenía múltiples golpes y moretones.

Mientras ambos esperaban en la parte de urgencia desde el Hospital Zonal Rudencindo Cazzaniga se comunicaron con la policía y éstos a su vez con el Fiscal de Turno, Sebastián Robles, quien ordenó que la beba sea revisada por el médico de sanidad, el cual confirmó los moretones producto de golpes recientes.
Ya en presencia de la policía, la pareja de la madre confesó haber matado a golpes a la beba porque «le rompió el celular. Lo tenía ella en la mano, lo tiró al piso y me lo rompió», hecho que su pareja y madre de Morena confirmó: «Cuando cayó el celular y lo vio roto se puso como loco violento»:

Trascendió también que el adolescente al ser alojado en una celda de la localidad de Taboada, fue agredido por otros reclusos, siendo uno de estos su cuñado, detenido allí por abuso sexual. La justicia ordenó que sea trasladado y aislado, al tiempo que personal policial realiza guardias en las viviendas de la pareja detenida y sus familiares ante el temor y rumores de una pueblada.

Carátula

El adolescente fue imputado por «homicidio agravado por ensañamiento», en tanto que, en principio, la madre está bajo la figura de «encubrimiento», pero podría ser ampliada a «homicidio», según confirmaron fuentes judiciales a LA NACION.

En los bares, colas de bancos, supermercados, almacenes y en las redes sociales de la provincia es casi el único tema. Los comentarios sobre «el castigo» que le aplicarían al padrastro de la beba nos remiten a la época medieval.

Según especialistas en derecho, interpretando las leyes vigentes, aún con 16 años el padrastro sería imputable, pero con muchas salvedades, ya que al ser menor la pena sería de un tercio a la mitad.

Si fuese condenado por homicidio simple la pena oscila entre 8 y 25 años de cárcel, pero en este caso se le aplicaría una «censura de juicio» y reducirá a la mitad. Cualquier adulto, aplicando la máxima, recibiría 25 años de prisión, pero en este caso la pena no iría más allá de 11 o 12 años de cárcel.