Al menos 58 muertos, más de 250 heridos y 159 municipios con declaratoria de emergencia es el saldo preliminar del terremoto que la noche del jueves sacudió México y una parte de Centroamérica, el de mayor magnitud sufrido por este país desde 1932.
Varios municipios del sur de México se despertaron ayer entre escombros, edificios dañados y sin energía eléctrica, como consecuencia del sismo de magnitud 8,2 en la escala de Richter registrado a las 23.49 hora local del jueves (04.49 GMT del viernes) y por el que se ha decretado luto nacional.
Desde que la tierra tembló el número de fallecidos no ha dejado de incrementar. De acuerdo con los datos más recientes del coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, hay 58 fallecidos.
De esta cifra, indicó, 45 corresponden al estado de Oaxaca, tres a Tabasco y 10 en Chiapas, si bien el gobernador de este último estado, Manuel Velasco, informó que hay dos muertos más.
Las estimaciones iniciales indican que hasta 50 millones de personas estuvieron expuestas al terremoto en México y 37 millones lo percibieron de manera moderada o fuerte.
La magnitud del terremoto, cuyo epicentro se ubicó a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, en Chiapas, desbancó al registrado el 19 de septiembre de 1985 (de 8,1 en la escala Richter).
Aunque en la capital no se registraron víctimas mortales ni daños mayores, el sonido de la alerta sísmica en la noche hizo que volvieran los fantasmas de 1985, cuando miles de personas murieron en la ciudad.
La Secretaría de Gobernación emitió una declaratoria de emergencia para 41 municipios del estado de Oaxaca. La región más duramente golpeada por el movimiento telúrico es la del Istmo de Tehuantepec, en especial, el municipio de Juchitán.
Allí ha habido al menos 30 muertos y alrededor de 7.000 viviendas, la mitad del total, tienen daños estructurales mayores, según el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
Además, hay un policía que está desaparecido y que se presume que está bajo los escombros del Palacio Municipal, parcialmente derruido.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, viajó al municipio sureño para visitar la zona. La prioridad en ese lugar, aseguró en unos mensajes en las redes sociales, es «restablecer el abasto de agua y alimentos, así como la atención médica de las personas afectadas».
La Secretaría de Marina emitió en Chiapas una alerta en la región por riesgo de tsunami, por lo que casi 10.000 personas fueron evacuadas, «principalmente en la costa», desde que ocurriera el terremoto, pocos minutos antes de la medianoche, señaló el mandatario estatal, Manuel Velasco.
La Secretaría de Gobernación declaró en emergencia extraordinaria a 118 municipios de Chiapas, mientras que el Ejército puso en marcha el plan DN-III, con el que se desplazaron aproximadamente mil elementos a las zonas afectadas.
Además, un centenar de integrantes de la Gendarmería se trasladaron a los municipios que lo necesitaban.
En Chiapas, Oaxaca y Tabasco, la red carretera federal sufrió algunos daños «sin afectar la conectividad», aseveró la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en un boletín.
Asimismo, se documentaron asentamientos, derrumbes y deslaves en otras carreteras de estos estados y más de un centenar de sitios de telefonía rural de estas regiones dejaron de funcionar.
Las autoridades mexicanas llamaron a permanecer alertas tras el terremoto ante posibles réplicas.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró que, hasta las 13.00 hora local (18.00 GMT), se detectaron 337 réplicas. Entre ellas, la de mayor magnitud fue de 6,1 en la escala Richter.
México vivió tan solo el año pasado 15.400 movimientos sísmicos, según datos de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM).