Una semana después de que Apple admitiera que ralentiza los modelos viejos de iPhone, el gigante tecnológico se enfrenta al menos a nueve demandas individuales y colectivas de sus consumidores.
En una de las últimas, Violetta Mailyan, de California, exige a la compañía nada menos que 999.999.999.000 dólares. Mailyan y sus abogados sostienen que los clientes de la empresa se vieron obligados a «comprar un modelo de iPhone más nuevo, porque el rendimiento de su modelo anterior se había ralentizado como resultado de una conducta intencional» de la compañía.
La demanda también alega que si Apple hubiera revelado que había disminuido la velocidad de los iPhones, los usuarios podrían haber adquirido baterías nuevas en lugar de reemplazar sus dispositivos.
Otras demandas colectivas, sobre cómo maneja Apple la administración de energía de las baterías en los iPhones anteriores, se han presentado en cortes distritales de EE.UU. en California, Nueva York e Illinois.
Uno de los casos está representado por el abogado Jeffrey Fazio, el mismo que en 2013 ganó un acuerdo de 53 millones de dólares con Apple por reclamaciones de garantía de iPhone. «En lugar de solventar la falla de la batería y proporcionar un reemplazo gratuito para todos los iPhones afectados, Apple intentó enmascarar el defecto«, reza la demanda.
Además, este lunes la compañía enfrentó una demanda judicial colectiva de 500 millones de shékels (unos 125 millones de dólares) en Israel. Los demandantes argumentan que Apple incumplió su deber ante los consumidores al ocultar información.
«No hay duda de que la información sobre la desaceleración del dispositivo es importante y fundamental. Los usuarios tenían derecho a obtenerla [esa información] de Apple antes de decidir si instalar las actualizaciones de software«, sostiene la demanda.
Los israelíes también alegan que aunque Apple afirmara tener motivos técnicos para no difundir sus actualizaciones ralentizadoras, la compañía tenía un claro interés en ocultar esta información a los usuarios, porque prefería que estos reemplazaran los viejos iPhones por modelos nuevos lo más pronto posible.
El pasado jueves, Apple confirmó que los viejos modelos de su teléfono inteligente, el iPhone, se hacen más lentos con cada actualización del sistema operativo.
La compañía explicó que una nueva y polémica función fue introducida para preservar la batería de los dispositivos, que de otra forma se apagarían inesperadamente, dados los requerimientos de energía cada vez más altos de las aplicaciones.
El gigante de Cupertino afirma que la función permanecerá en el actual iOS 11.2 y pretende integrarla en las próximas versiones.
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