(Agencia Fides) – La inmigración es un fenómeno que golpea duramente a África. El continente no es sólo un territorio de tránsito para quienes migran hacia Europa y América del Norte, sino que es en sí mismo una tierra de migración. Las estadísticas de la Organización Internacional para las Migraciones lo confirman. En 2017, 258 millones de personas de todo el mundo abandonaron su país en busca de mejores condiciones de vida en otros lugares, pero sólo el 35% viajó de sur a norte. En África, 19,4 millones de africanos emigraron dentro de su continente.
“El fenómeno de la migración interna en el continente africano es poco conocido. Se trata de un fenómeno complejo en el que se encuentran personas que huyen de sus países por razones políticas, guerras, violencia, pero también porque buscan una mayor seguridad económica. Sin olvidar que, a estas alturas, también estamos asistiendo a un retorno de africanos que, después de buscar fortuna en Europa y no poder integrarse, intentan reconstruir su vida en su propio país o en los países vecinos”, afirmó Fabrizio Cavalletti, de la oficina para África de Caritas Italiana.
Para responder a estas necesidades, la arquidiócesis de Dakar y Caritas Senegal establecieron en 1995 el Point d’Accueil pour Réfugiés et Immigrés (Pari), un centro de orientación para las decenas de migrantes presentes en el territorio senegalés. A lo largo de los años, el proyecto ha encontrado el apoyo de algunas Caritas europeas, incluida la italiana. “Esta iniciativa -continuó Cavalletti- no fue deseada por la Iglesia católica ni por las instituciones europeas, sino que nació de la iniciativa de la Iglesia local, para responder a un tema cada vez más presente en Senegal. Hay que recordar que África Occidental es el destino del 79% de los migrantes africanos que se trasladan a su continente”.
“Pari es el centro de una red compleja. En la estructura, los migrantes son acogidos por operadores nacionales e internacionales (incluidos voluntarios italianos que prestan servicio civil a Caritas) que escuchan sus historias y, en función de sus necesidades, los remiten a otros centros gestionados por organizaciones estatales o internacionales. Y es en estos centros donde encuentran comida, ropa, atención médica… En 23 años se ha atendido a 26.000 migrantes de 35 países, la mayoría de ellos menores de 30 años, incluidas muchas muchachas, algunas con hijos. Cada persona tiene una historia y condición física diferentes. Están los que pasan por Senegal para ir a Europa y los que se trasladan de países vecinos para buscar mejores condiciones de vida o los senegaleses que vienen del campo para encontrar trabajo. Estas personas, en general, están en buena condición física. Pero también hay hombres y mujeres que regresan de largos viajes a través de Libia y Níger y que están extenuados tanto física como psicológicamente”, explicó Cavalletti.
Caritas Senegal, además de las actividades de orientación, ha puesto en marcha pequeños proyectos en agricultura, comercio y ganadería, para ofrecer a los migrantes oportunidades de empleo. “Los proyectos pretenden ofrecer una oportunidad a los que permanecen en Senegal. Pero cada vez más a menudo, incluso los que atraviesan el país para ir al norte necesitan trabajar para no correr el riesgo de quedar atrapados en la red del tráfico ilegal. Estos proyectos también ofrecen una oportunidad para ellos. Estas iniciativas son un primer intento, parcial, de responder al fenómeno trascendental de la migración. Y es importante que la solidaridad nazca de los africanos hacia otros africanos”, concluyó el vocero