Sí, un supermercado tailandés eliminó en su totalidad el uso de bolsas plásticas por hojas de plátano.
El hecho quedó registrado en un reportaje publicado originalmente en el portal digital del periódico La Vanguardia, de España, y firmado por la periodista Neus Palou.
Se trata de una solución sencilla, económica y sostenible que se ha hecho viral a nivel mundial en momentos en que –fundamentalmente– los gobiernos de los países de primer mundo se alían para erradicar la problemática, un verdadero dolor de cabeza para la comunidad científica, que no ha encontrado un material de producción industrial más eco-amigable.
“La propuesta del supermercado Rimping en Chiangmai (Tailandia) ya se ha hecho viral en redes sociales con la publicación de varias fotos en la cuenta de Perfect Homes Chiangmai”, escribió Palou.
Y es que, cuenta la periodista, los internautas han elogiado masivamente esa iniciativa “sencilla y natural, y una excelente manera de dejar de emplear bolsas de plástico en el súper. A diferencia del film de plástico y las bandejas de poliestireno, las hojas de plátano son orgánicas, por lo que pueden usarse como compost y dejar nutrientes importantes al suelo”, continuó.
Un factor que contribuye a su uso son las características de las hojas del árbol: son largas, delgadas y flexibles, tres cualidades que permiten hacer un envoltorio fácilmente.
“Por si fuera poco, su superficie se asemeja a la cera y esto les da una propiedad impermeable única. En Tailandia, las hojas de banano están disponibles durante todo el año, por lo que no escasean y pueden permitirse continuar esta tendencia”, indica la escritora.
Al igual que en Tailandia, en la República Dominicana se produce una cantidad considerable del rubro: para el año 2012 ya superaba los 2,000 millones de unidades. Esas hojas podrían ser aprovechadas por la industria para, primero, probar su efectividad en la envoltura de alimentos y otros productos de la canasta familiar; y, de acuerdo al resultado obtenido, replicarlas a otros renglores de la industria nacional.
Palou reseña en su reportaje que el caso del Rimping no es el primero de un supermercado que decide prescindir de los envases de plástico para los alimentos frescos.
En Nueva Zelanda, una cadena de supermercados vende la fruta y la verdura “desnuda”, es decir, sin ningún tipo de envoltorio. Aldi es otra cadena que está aplicando esta iniciativa y han empezado por sus comercios en Reino Unido.
Vietnam, luego de conocer en las redes el caso Rimping, está sometiendo a prueba la iniciativa.
De acuerdo con medios locales vietnamitas, tiendas en Hanoi, la capital del país, y de ciudades como Ho Chi Minh, ubicada al sur. ya cubren ciertos vegetales con las hojas de plátano. La cadena Lotte Mart de esta última ciudad prevé expandir la práctica en otras tiendas si la prueba es favorable.
“Productos como lechugas, espinacas, calabacín y maíz son cubiertos con estas hojas biodegradables, fuertes y duraderas, mientras que son aseguradas con hilo de origen vegetal”, publicó la cadena venezolana Telesur en su página web, en una nota en la que abordaba el caso Rimping. Sustituir el plástico es un desafío que aguarda por una respuesta seria de las autoridades y la industria local.
Un estudio presentado por ONU Medioambiente a mitad del año pasado reveló que el 79 por ciento de la basura generada del plástico a nivel mundial se encuentra en vertederos o tirada en el medioambiente y sólo el 9 por ciento se recicla, mientras que el 12 por ciento se incinera, de los 400 millones de toneladas que se producen en el globo terráqueo. En 2015 los embalajes de plástico supusieron casi la mitad de los residuos de este material, siendo China el mayor generador de basura de embalajes de plástico, pero Estados Unidos el país que más empaquetado de plástico per cápita desecha. Se estima que cada año en el mundo se consumen 5 billones de bolsas de plástico, lo que supone casi 10 millones de bolsas de plástico cada minuto.