La mano de Guerrero estaba vendada cuando llegó al clubhouse el sábado, pero después de recibir tratamiento dijo sentirse mejor y por eso tomó práctica de bateo.
“Me sentí muy bien hoy”, dijo el joven prospecto.
Guerrero dijo que no estaba preocupado inicialmente al recibir el bolazo, pero después que se le empezó a inflamar la mano si se alarmó un poco más.
“Pensé que era sólo un golpe, pero el próximo inning, cuando iba a salir a fildear, no podía cerrar bien el guante”, dijo Guerrero. “Ahí fue cuando me preocupé”.
El manager de Toronto, el puertorriqueño Charlie Montoyo, advirtió que no estaba descartada la posibilidad de usar a Guerrero como bateador emergente. Brandon Drury inició el juego en la tercera base.