En el caso de los restaurantes, dado que muchos de ellos son pequeños establecimientos que hasta ahora concentraban las meses en estrechos espacios, la ciudad de Nueva York ha activado un programa en el que tiene previsto cerrar algunas calles para que se puedan colocar mesas en zonas antes destinadas a los aparcamientos de los vehículos.
El programa, un intento de salvar a los negocios que apenas han sobrevivido a la crisis de la pandemia, se extenderá durante todo el verano, ya que se podrán utilizar espacios de aparcamiento hasta el 7 de septiembre, mientras que las aceras podrán usarse hasta el mes de octubre.
Mientras la ciudad de Nueva York entra el lunes en la segunda fase de apertura, la zona de Mid-Hudson del estado de Nueva York está cumpliendo con los requisitos para iniciar ya la tercera fase el martes 23 de junio.
Según las últimas cifras ofrecidas por el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, el porcentaje de positivos de coronavirus se encuentra actualmente por debajo del 1 % en el estado, donde de los más de 67,000 tests que se efectuaron el sábado, sólo se dieron 664 casos de infección.
Además, las cifras indican que el sábado se produjeron 15 fallecimientos en la región a causa de COVID-19, y 24 el viernes, mientras que las hospitalizaciones y los ingresos en unidades de cuidados intensivos también están bajando.
Aun así, Cuomo señaló este domingo que «la pandemia aun no ha terminado».
«Mientras abrimos Nueva York de manera segura y gradual, el gobierno estatal va a seguir dando la información necesaria para que los neoyorquinos puedan tomar decisiones informadas para ellos y sus familias», agregó.
Con la primera fase, que entró en efecto en la ciudad de Nueva York el pasado 9 de junio, ya volvieron a sus puestos de trabajo unas 400,000 personas.