Se trata de una nueva generación de motores para los próximos coches eléctricos de la que la empresa alemana ya ha empezado a dar sus primeros pasos. Su característica principal frente a los que podrían ser sus predecesores es que no utilizarán imanes, lo cual haría por obtener unas prestaciones aún mayores, así como hacer que su puesta a punto sea más barata.
El nuevo motor será más eficiente y económico
Actualmente, los que se encuentran en el corazón de la mayoría de los motores de vehículos eléctricos suelen utilizar metales de tierras raras (perteneciente al grupo de los lantánidos), como el neodimio. Así, son países como el de China quienes suministran el 97% del suministro mundial de metales de tierras raras.
Y aunque las empresas pueden adquirir estos metales en otro lugar, la única forma de convertirlos económicamente en imanes es enviarlos a China para su procesamiento. Y ahí ha sido Mahle la encargada de ultimar los detalles de un nuevo motor para coches eléctricos sin este material. Esto, a su vez, no sólo hace que sea más sostenible desde el punto de vista medioambiental, sino que también aporta ventajas en términos de costes de producción, desgaste y seguridad.
Como señala el especialista en suministros de automoción, la característica central del nuevo motor es la transmisión de potencia inductiva y, por lo tanto, sin contacto. Esto que permite que el motor funcione sin desgaste, y de manera particularmente eficiente a altas velocidades. La eficiencia, según Mahle, está «por encima del 95% en casi todos los puntos operativos», un nivel que solo lo habían logrado los monoplazas de carreras de Fórmula E.
Un rendimiento de altas prestaciones
Este desarrollo es fácilmente escalable, por lo que se puede utilizar en cualquier tipo de vehículo en función de las necesidades, desde subcompactos hasta vehículos comerciales. En lo que respecta a Mahle, los alemanes han logrado un rendimiento de altas prestaciones, nada menos que una potencia maxima de 140 kW, es decir, 190 CV de un motor de combustión, lo que permitirá ofrecer unas prestaciones más que generosas.
Pero no es precisamente el rendimiento la mejor cualidad, sino la durabilidad y la vida útil del motor, ya que el hecho de no disponer de imanes permite que este tipo de motor no conlleve prácticamente mantenimiento, todo porque el desgaste del motor sera prácticamente de cero. Durante su desarrollo y creación de este motor para los futuros coches eléctricos, Mahle utiliza un proceso de simulación en el que varios diseños de motores se ajustan a lo largo de diferentes parámetros hasta encontrar un desarrollo óptimo. Este enfoque es significativamente más rápido y económico que los procesos convencionales.
Por tanto, y entre los distintos puntos destacados, lo que vemos es que el fabricante ha logrado combinar los puntos fuertes de los distintos motores eléctricos en un solo producto mediante el uso de una simulación innovadora. La herramienta toma varios diseños de motor y los ajusta junto con diferentes parámetros hasta encontrar un suelo óptimo.
Su producción en masa, a tan solo dos años
A través de este proceso, la compañía está forjando las condiciones técnicas necesarias para promover la movilidad eléctrica en todo el mundo de manera sostenible. Michael Frick y Martin Berger, los encargados de dirigir este proyecto, han explicado que actualmente se están entregando muestras del motor, donde han destacado una importante ventaja para los fabricantes que quieran utilizarlo.
Ya no sólo porque es más barato de fabricar que la actual generación de motores eléctricos, sino porque también admite diferentes niveles de potencia, a la baja y al alza. La producción en masa está a solo dos años y medio de distancia; un nuevo paso en la buena dirección para los motores de los que los coches eléctricos se acercarán más a la excelencia.