Por: Ana López, Joaquín Caraballo, Katherine Paulino, Carlos Mercado, Wendy Carrasco y Fahd Jacobo
SANTO DOMINGO. A casi siete años de la tragedia de los once niños fallecidos en el Hospital Robert Reid Cabral, en un fin de semana, otros niños han corrido la misma suerte. Uno de los casos más recientes y de mayor impacto en la sociedad dominicana, fue la muerte del niño Luis Daniel, quien falleció tras sufrir una descarga eléctrica mientras volaba chichiguas, próximo a su vivienda, en el sector de Cristo Rey. El niño duró dos semanas en el centro de salud.
“El niño llegó quemado, se ingresó en la sala y el niño posteriormente comenzó a deteriorarse. Es algo que puede ocurrir en un paciente quedado en un 100 % “, expresó Clemente Terrero luego de que los familiares del niño alegaran que hubo negligencia médica.
Una publicación de Diario Libre indica que el director del Hospital Robert Reid Cabral, Clemente Terrero, explicó que en cuanto le notificaron que el infante necesitaba Prismaflex (un insumo utilizado para dializar), “se autorizó, por orden inmediata, en menos de 24 horas, pero el niño no resistió y murió antes de que llegara”.
El testimonio
Sobre el insumo, Terrero aclara que el hospital no lo tenía, pero que el centro hospitalario asumió pagarlo. “Solo lo tienen las casas comerciales y se autorizó de inmediato, sin escatimar esfuerzo”.
“Las quemaduras eléctricas son un 100 %, tú te quemas por fuera y por dentro. Cuando te quemas por dentro todos los órganos comienzan a fallar y a eso se agrega una infección porque esos niños para poderlo manejar hay que hacerle intervenciones, canalizaciones y puede desarrollar una infección y el niño en ese período comenzó a fallar”, indicó Terrero.
En cambio, la abuela del niño Luis Daniel, María Magdalena Frías, dijo a los periodistas que; “Ese lugar (HIRRC) no está apto para niños,
ahí se trapea con agua nada más, no le echan desinfectante, por eso contrajo la bacteria”.
Describe que en las condiciones que está el Robert Reid Cabral no es para atender niños y entiende que, “si el niño se hubiese llevado a otro lugar, él habría estado vivo porque no habría contraído la bacteria”.
Desde el año 2014 hasta la fecha, más de 5,086 niños han perdido la vida por diferentes enfermedades en el Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral (HIRRC), cuyo centro de salud ha sido escenario de varios escándalos en la República Dominicana.
Las causas principales de estas defunciones se deben a enfermedades como: la neumonía, sepsis, hemorragia pulmonar, cardiopatía, injuria renal, encefalopatía y distrés respiratorio, que por el bajo presupuesto anual del Hospital de RD$49,083,450.00 no pudieron ser tratadas adecuadamente en cuanto a equipos, materiales e insumos, arrojó una investigación auspiciada por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), en alianza con la Embajada de los Estados Unidos.
“Si hacemos un análisis entre lo que se percibe y se gasta en el hospital, el déficit presupuestario mensual sería de RD$25,000,000. Esta suma para gastos generales, consumo de medicamentos y materiales; sin contar con equipos ni herramientas, porque para incluirlos dependería de su costo”, Clemente Terrero, director del HIRRC
Terrero afirma que el HIRRC “maneja precariedades y acumula deudas por años que mantiene a sus autoridades y al cuerpo médico y administrativo ahogados en deudas que le impide agenciarse de equipos y materiales que permitirían salvar mayor cantidad de vidas”.
Dice que, en los últimos tres años, el Robert Reid Cabral se ha manejado con un presupuesto de RD$49,083,450.00, y que para brindar un servicio óptimo se necesitaría RD$25 millones por mes. Esto se traduce que actualmente el centro de salud opera con un déficit de RD$251 millones al año, y mensual de RD$20,916,666.00.
El aumento de presupuesto del hospital ha sido una demanda histórica que siempre sale a relucir cuando públicamente se conocen casos como el de las muertes de 11 niños en un solo fin de semana, en octubre de 2014.
El Hospital Robert Reid Cabral arrastra una deuda que supera los RD$147 millones con suplidores de oxígeno, material gastable, compra de combustibles, medicamentos, entre otros.
Terrero asegura que este centro médico se ve en la necesidad de tomar por medio a créditos, herramientas, medicamentos, alimentos que suministran a los niños y adolescentes ingresados.
Cifras alarmantes
De los RD$107,449,100,000,00 que invierte el país en Salud Pública, el Robert Reid Cabral recibe al año RD$49,083,50,00 que representa un 0.046% del Presupuesto Nacional destinado a la salud.
En la actualidad, el hospital por venta de servicios a las aseguradoras de salud, tiene ingresos aproximados cada mes de RD$12 millones, más cuatro millones que recibe del presupuesto de Salud Pública, no obstante, para operar de forma eficiente se necesitaría de 25 a 30 millones de pesos mensuales.
La situación económica del Robert Reid Cabral y de los demás hospitales públicos comenzó a empeorar cuando se eliminó la cuota de recuperación en el año 2013. En ese momento la cuota era una alternativa de autofinanciamiento mediante cobros por servicio al usuario, pero tras su eliminación, hubo una avalancha de pacientes hacia el Robert Reid Cabral, referidos de otros centros que se vieron por igual estrangulados económicamente.
“Hubo una crisis financiera al quitar la cuota de recuperación porque no se incrementaron los fondos”, indicó Clemente Terrero, director del Robert Reid Cabral.
En marzo de 2014, el centro médico acumulaba una deuda de RD$17,227,992.96. En noviembre de 2016 el Hospital Robert Reid Cabral tenía una deuda acumulada de RD$49,973,291.88 con algunos proveedores, pero de forma particular, la deuda con Promese Call llegaba a RD$98,088,357.88 y con Macrotech de RD$8,323,400.90 sumaban un total de RD$RD$156,385,050.66.
En medio de la deficiencia económica, este centro de salud ha visto en sus pasillos a casi un millón y medio de pacientes desde el 2014 a la fecha, aproximadamente 112 niños al mes, provenientes desde los más recónditos lugares de la geografía nacional y en la actualidad, también, una población creciente de extranjeros, en su mayoría, indocumentados.
Ante estas precariedades, desde el 2014 hasta la fecha, el hospital ha atendido a un millón 348 mil 35 pacientes. Cifra que pudo ser mayor, pero debido a la pandemia en sus primeros meses de 2020, se registró cierta baja.
“La gran tragedia”
Las muertes de 11 niños en un fin de semana en octubre de 2014, surge en el contexto de una huelga donde médicos reclamaban que se aumentara el presupuesto de los hospitales en vista de que dejaron de percibir la cuota de recuperación, que era un recurso de autofinanciamiento de los centros públicos de salud, fuertemente criticado por la sociedad y el Colegio Médico Dominicano (CMD), ya que el paciente debía pagar por algunos servicios.
Esta “tragedia” generó alarma en el sistema de salud dominicano, porque estos hechos sucedieron en el hospital Robert Reid Cabral, un centro de salud de referencia a nivel nacional en el país.
La causa de estas muertes, según el doctor Juan Pablo Lagos, cirujano oftalmólogo, presidente de médicos residentes, y el levantamiento que se hizo a la planta física, arrojó que fue un problema con el suplemento de oxígeno.
Otros reportes indican que los niños estaban ingresados en las áreas de cuidados intensivo y de pediatría, y de ellos siete tenían diagnóstico de sepsis (infecciones) graves y otras complicaciones. Uno era cardiópata.
Lagos dice que el director del hospital es quien tiene la responsabilidad, y más si es un centro pediátrico donde no puede faltar el oxígeno. “La compañía debió tener régimen de consecuencia, lo que no hay en el país”.
“Pero si las razones que se atribuyen son falta de oxígeno, el medico no puede hacer nada porque estamos hablando de oxígeno en su estado natural”, señala el presidente de los médicos residentes.
En el momento de la tragedia, el hospital debía por combustible RD$217,000; había contraído compromisos de pagos con Hidromet por valor de 462,011.65. Esta empresa suple equipos médicos y purificadores de agua.
De acuerdo al análisis de datos realizado por el equipo de investigadores, los ingresos y gastos del hospital de mayo a octubre de 2014, incrementaron notablemente la deuda.
A la empresa Linde Gas, proveedora de oxígeno, el centro le debía 693,429.00; a OSIRIS proveedora de insumos médicos se le debía casi un millón y medio de pesos (1,430,904.6) a BIO NULCERAR en octubre del 2014 debían pagarle poco menos de medio millón (440,217.97). Esta empresa comercializa reactivos, equipos para laboratorios clínicos, equipos y dispositivos médicos, vacunas para consumo humano e insumos para hemodiálisis y diálisis peritoneal.
En febrero de 2016, a la empresa Linde Gas Dominicana, que suple oxígeno, el Hospital debía más de cinco millones de pesos (5,207,480,30). Además del sistema de oxígeno, los ascensores estaban dañados y el sistema de energía presentaba un fallo en el suministro y no funcionaba a modo automático.
Administración de precariedades
En la actualidad, el Hospital Infantil Robert Reid Cabral sigue administrando precariedades y con la posibilidad de que más niños sigan muriendo. El centro de salud no cuenta con médicos especialistas en algunas áreas neurálgicas, expresa Waldo Ariel Suero, presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD).
“No se vislumbra una salida a esta problemática sobre el abastecimiento de los hospitales”, dice Ariel Suero, presidente del CMD.
El gremialista dice que por el momento no ve la solución sobre el abastecimiento de los hospitales y remozamiento de sus infraestructuras, así como el que se suplan los medicamentos y equipos del hospital que, “ciertamente” en más de un 60 % tienen fallas importantes”.
Señala que, en el Robert Reid Cabral, la unidad de COVID-19 adolece de un médico intensivista.
“Nosotros hemos tratado de comunicarnos con el ministro de Salud para que provea por lo menos de tres médicos intensivistas que se necesitan en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral”.
El director del HIRRC, Clemente Terrero, coincide también que, varias áreas necesitan mejorías. Entre estas, el área de quemado, cuya nueva construcción lleva años en abandono. También necesita intervención las áreas de consultas, emergencia y consulta externa.
La morgue del Robert Reid Cabral lleva años en muy malas condiciones y cuando fallece un paciente, el encargado de este lugar, Luis de la Cruz, debe hacer “malabares” para que las moscas no lleguen antes que los parientes a retirar el cuerpo.
Herencia de deudas y equipos inservibles
Jesús Polanco, administrador del Hospital Infantil Robert Reid Cabral, explica al equipo de periodistas que encabezó este reportaje, que la actual administración heredó una deuda de la pasada gestión de más de 147 millones de pesos y equipos dañados.
Señala que el hospital tiene un sistema de cisterna que no responde y ante una crisis por una eventualidad en tres días se quedarían sin agua. “
Dice que la mayoría de los acondicionadores de aires no funcionan y están necesitando 18 unidades de 12,000 BTU, 17 unidades de 18,000 BTU, 13 unidades de 24,000 BTU y siete unidades de 36,000 BTU.
“La climatización es deficiente en áreas neurálgicas y no cuenta con una unidad de resonancia magnética. Lo mandamos a cotizar y su valor es de RD$3,885,935.00”, apunta el administrador del Robert Reid Cabral.
Además de estos equipos, el Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral necesita un tomógrafo, una planta eléctrica de 1,550 kilos, un resonador magnético, neveras para refrigerar los cadáveres, entre otros.
Un sistema “análogo”
El hospital Robert Reid Cabral en plena era de la digitalización, opera bajo un sistema completamente análogo, dijo Polanco, quien espera por un proyecto de digitalización que inició en el año 2000, pero que está detenido por falta de presupuesto. “Estamos en la Edad de Piedra”.
“Aquí los récords de los pacientes y estadísticas se manejan de forma manual y se hace más fácil encontrar una aguja en un pajar que un dato de un paciente”, asegura.
Asegura que el hospital solo cuenta con una red interna obsoleta que, para cambiarla hay se debe disponer de unos RD$5,000,000.00. Además, cambiar la central telefónica y modernizar los servicios que ofrecen a sus usuarios y pacientes.
Nóminas y datos incompletos
El equipo de periodistas obtuvo reportes de los ingresos y gastos del hospital de los años 2013, 2014, 2015, 2019, 2020 y 2021. También un listado con los suplidores con servicios contratados.
Además, las nóminas desde el 2013 hasta el 2021. Los documentos entregados por el Hospital Robert Reid Cabral no están claros, ya que faltan datos precisos de ingresos y gastos, correspondientes a esas fechas que, supuestamente fueron destruidos por un incendio registrado en octubre de 2020.
Las nóminas solicitadas datan del 2013 al 2021, pero solo se pudo analizar los años 2013-2015-2016-2017 y 2018. Partiendo desde el 2013, el Hospital Robert Reid Cabral contaba con una lista de empleados ascendente a 127 colaboradores, con salarios desde RD$3,000 hasta RD$30,000, acumulando una nómina de RD$779,501.00; cuando en el 2015, se observa una nómina de 140 empleados, 13 más que en 2013, pero con un presupuesto con RD$215,197 menos.
Pero en el 2016, en medio de la crisis financiera del HIRRC, los números cambian, el personal aumentó a 198 para un crecimiento de un 41.42 % y el dinero disponible para cubrirla se elevó a RD$1,066,710.49, para un incremento de RD$287,209.49, igual a un 36.84 %.
Para el año 2017, la nómina aumentó a 225 colaboradores y a RD$1,232,725.71, y en 2018, la nómina registra aumento del personal a 231 empleados y el presupuesto para cubrirlo se disparó en RD$1,445,115.04.
Al calcular el aumento que se registró desde el 2013, se observa que el personal pasó de 127 colaboradores a 231, para un aumento de 104 personas, igual un 81.88 %. Y los recursos para el pago de empleados pasó de RD$779,501.00 en 2013 a RD$1,445,115.04 para un aumento de RD$665,614.04, un 85.38 % más que el año base 2013.
Ante estas precariedades, desde el 2014 hasta la fecha, el hospital ha podido atender a un millón 348 mil 35 pacientes. Cifra que pudo ser mayor debido a la baja en atenciones que provocó la pandemia del Covid-19 en sus primeros meses.
Dramatización. Dirección Carlos Mercado.
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