Este domingo vivimos una de las mañanas de fútbol más inesperadas en los últimos años: Lionel Messi se despidió del Barcelona. Ya, sin lugar a dudas, la leyenda que se formó en el club catalán se irá. Y su dolor es el de millones de personas que tomaron por sorpresa su partida, cuando parecía todo arreglado para su continuidad.

Messi entró a la conferencia de prensa y fue recibido por familiares, directivos y compañeros de equipo con un aplausó que pasó a la historia por lo extenso, lo conmovedor y lo sorprendente. Porque aún cuando desde hace algunas horas su despedida era un hecho, verla materializarse es distinto.

El argentino no pudo aguantar el llanto. Rompió a llorar mientras todos los presentes aplaudían a la persona que más feliz los ha hecho desde hace años. El aplauso se extendió durante casi dos minutos, en los que el sentimiento se adueñó de Lionel Messi.

Lionel Messi recalcó que no estaba preparado para despedirse en este momento, a diferencia del año pasado, en el que tenía la certeza de su decisión. Sus deseos cambiaron, pero el panorama económico del club no. La Liga tampoco fue flexible, y por ende, poco más se podía hacer.

Su legado habla por sí solo. Lo que hizo en el Barcelona nunca nadie lo había hecho, y quizás nunca nadie sea capaz de repetirlo. Es una leyenda viviente que continuará su legado en otras fronteras.

Con seguridad, es la despedida más triste de un ídolo que se recuerde en los últimos años. Pero su huella seguramente siempre le sacará una sonrisa a los fanáticos culés y del fútbol en general, aquellos que pudieron disfrutar de una etapa única en el fútbol mundial.