Su hijo jugaba cerca de un arroyo, buscaba ornitorrincos: estaba feliz en la naturaleza. Cuando él se acercó a darle la mala noticia, el niño puso una mirada de tristeza que le costará borrar de su mente. Aquel paraíso, donde pensaban vivir por los próximos años, ya no sería su hogar.

Un hombre de Australia quedó en shock luego de elegir un cambio de rumbo: dijo que se mudó con su familia a 3000 kilómetros de su casa para un trabajo y, tan solo dos horas después de comenzar con sus «tareas» laborales, lo echaron por estar «muy gordo«.

Un cambio de vida

Hamish Griffin, de 51 años, convive con su esposa Hazel y su hijo Freddie. En vísperas de Año Nuevo, tras dejar su vivienda en Queensland y recorrer miles de kilómetros, llegaron a la isla de Tasmania. Acababan de vender uno de sus coches, muebles y otros objetos personales: habían decidido dar un giro de 180 grados.

Matrimonio. En una imagen del pasado. Foto: Hamish Griffin.

En La Isla de la manzana, como también se lo conoce a este estado insular australiano, lo esperaba una oferta laboral a Hamish: se convertiría en flamante supervisor del alojamiento vacacional Big 4 Strahan Holiday Retreat, informó el diario local ABC News.

El día que arribaron a Tasmania, se instalaron en el inmueble que se les había brindado su empleador. «Nos alejamos de un gran estilo de vida, de trabajos bien remunerados y de una comunidad muy unida que nos encantaba, para intentar este reto y un estilo de vida diferente«, contó Hamish en un post de Facebook.