Viajó 10.000 kilómetros hasta Argentina para cumplir su sueño; sólo quería reunirse con ese hombre que la había enamorado con palabras dulces y un buen humor a prueba de todo. Atrás, en Italia, quedaron su marido y su madre.

Lo único que da a conocer ella es su nombre, Julia. No quiso brindar más datos: ni su edad, ni su apellido, ni su rostro. Él es Jorge, tampoco conocemos más. Simplemente, sabemos que ella dice que él es «el amor de su vida».

Pero (alerta spoiler), en esta historia no comieron perdices ni fueron felices; esta es una de esas historias que no tiene un buen final.

Primer encuentro

El primer contacto ocurrió hace un tiempo, casi cinco años, mientras él estaba de viaje en Italia.

«Ambos coincidimos en Tinder y comenzamos a hablar. No tuvimos tiempo para vernos allá porque él se tenía que volver a su país. Y yo estaba con otros inconvenientes”, le explicó la mujer a TN.

La pareja se conoció por Tinder hace cinco años.

Julia había comenzado a utilizar la aplicación de citas buscando una escapatoria a su vida y los problemas que tenía. La eligió sin saber qué encontraría; sólo tenía una certeza: quería volver a enamorarse.

Vínculos siglo XXI

Luego de ese primer contacto, ambos decidieron avanzar y mantener un vínculo virtual a través de Facebook. En aquel entonces, Julia estaba en pareja y, por eso, no le dio su WhatsApp para evitar que su marido descubriera la relación «clandestina».

Como le contó la mujer a TN, hace más de un año tomó la decisión de venir. «Sabía lo que dejaba en Italia: una familia casi desesperada por mi ausencia, una madre grande y un hombre con quien convivo aunque estemos separados”, relató.

Es que Julia sentía una conexión especial con Jorge. Cunado hablaba con él, sentía que se estaba involucrando en una aventura difícil. Tenía miedo. Pero también sentía que era el momento de dar el paso y comenzar una nueva vida.

​“Yo me enamoré de él, me arrimé muchísimo por la falta de afecto que tenía en mi casa, en mi familia. Porque aunque ellos me amaban no sabían darme lo que verdaderamente necesitaba. Él sí: con palabras, bromas, cariño, me dio el afecto que yo buscaba”, afirmó en diálogo con el sitio.

Animarse al amor

El mensaje de Jorge fue claro: “Vení, yo te espero en Buenos Aires”. Ella reunió a su familia y les contó la decisión que había tomado. Tajante, les dijo: “Me voy a vivir a Argentina. No hay vuelta atrás”.

Desde el principio, la idea fue probar dos meses. Durante ese tiempo de convivencia verían cómo se llevaban y cómo enfrentaban la cotidianeidad. El día a día les iba a dar la clave.

Si todo funcionaba bien, Julia iba a regresar a Italia para buscar sus cosas y luego se instalaría definitivamente en Buenos Aires.

“Él es mucho más grande que yo, pero nunca me importó. Porque con la fuerza del amor se puede superar todo. Y siempre fue un sostén que justamente me incitó a superarme, vencer los miedos”, le explicó Julia al sitio.

Pero, como en ocasiones sucede, los planes no resultaron como ella esperaba.

«Me llamaba mi amor, me decía que estaba enamorado»

En los primeros días de este año, Julia puso un pie Argentina.“Apenas lo vi le dije lo que sentía, estaba muy feliz de poder hacerlo. Le expresé que tan solo mirándolo se me llenaban los ojos de amor. Y que lo que sentía desde lejos era verdadero y real. Muy fuerte”, recordó.

Sin embargo, él no le respondió de la misma manera. Angustiada, la mujer dijo que: “Con toda la tranquilidad del mundo me dijo que él no siente eso por mí. Que me ve como una amiga, que siente ternura, pero no amor ni pasión. Y a mí me sucede todo lo contrario”.

Cuando ella llegó a Buenos Aires, Jorge le dijo que sólo la veía como una amiga. Foto ilustración: Shutterstock.

Llorando, continuó su testimonio. “Me llamaba mi amor, me decía que estaba enamorado. Pero ahora que estoy acá me dice todo esto. La verdad es que estoy desesperada, destruida. No sé cómo voy a seguir viviendo”.

Julia se animó a revelar lo que siente. Admite que sigue amando a Jorge. Y, también, que se siente una estúpida por ello. Pero no puede evitarlo.

El pasaje de regreso a Italia para fines de marzo ya está comprado. “Hubiese querido quedarme mucho más tiempo, pero ahora me siento perdida del todo. En Italia no tengo al amor de mi vida, lo tengo acá, pero ahora dice que no me ama… Siempre le dije que solo quería un día a su lado para darle un abrazo. Y en este momento no tengo nada”, concluyó.