Una familia de Maine que hace mucho tiempo se rindió ante la pérdida de su querida mascota, un gato llamado «Ashes», recibió una impactante noticia seis años después de que lo habían dado por perdido para siempre: lo hallaron a más de 2.400 kilometros de distancia y es un misterio cómo pudo haber llegado hasta allí.

Denise Cilley, de Chesterville, dijo que se sorprendió al recibir un mensaje de voz la semana pasada anunciando que su gato, Ashes, había sido localizado en Florida. El animal desapareció en 2015 durante la celebración del décimo cumpleaños de su hija.

La sorpresa fue tanta, que en primera instancia Cilley dijo que ella no tenía un gato. Hasta que le mencionaron las características de «Ashes» y casi se desmaya de la emoción.

“La buscaron durante bastante tiempo y, lamentablemente, concluyeron que probablemente se había convertido en presa de un depredador”, dijo a WABI-TV Janet Williams, que se dedica en Florida a rescatar animales callejeros y tomó la custodia temporal del gato .

Janet Williams sostiene a «Ashes» en el Aeropuerto Internacional de Tampa, antes de volver a Maine, donde lo espera su familia original.

La oficina de un veterinario determinó la identidad del gatito, que apareció perdido en una calle, gracias a un microchip implantado. Luego se realizó un entrecruzamiento de datos entre varios bancos de mascotas perdidas en Estados unidos hasta que se dio con la familia de Cilley, que había denunciado su pérdida.

Pero cómo llegó «Ashes» a Florida sigue siendo un misterio. Las autoridades no se explican cómo hizo pare recorrer semejante distancia. “Lo interrogué de manera muy estricta y no habla”, dijo en broma Williams. La principal hipótesis es que «Ashes» se subió sin querer a un camión de mudanza que partió de Maine. El resto es un misterio absoluto.

“La condición de su cuerpo era bastante mala cuando la encontraron. Una pareja la había visto como una callejera y la estaban alimentando. Su salud estaba empeorando rápidamente, por lo que la llevaron al veterinario y, durante el curso del tratamiento, fue cuando la escanearon en busca de un chip y se supo la verdad”, dijo Williams.

“Me dijeron: ‘Bueno, el microchip volvió a ti’. Y pensaba qué gato era hasta que me dijeron que era uno atigrada de color gris. Entonces supe que era Ashes, a quien no veía desde hacía seis años y medio», contó Cilley.

“Es realmente una historia increíble y habla del poder de un microchip”, dijo Williams. “Los microchips hacen milagros. Es seguro. No le hace daño al gato y posibilita el rescate ante una pérdida”, dijo Cilley.

Este miércoles a la tarde, Williams llevaba de regreso a Ashes hasta Maine en un vuelo que partió desde el Aeropuerto Internacional de Tampa, para reencontrarse con Cilley en el Portland International Jetport.