eléctrica suministrada a estas farolas«, se podía leer en la carta de pago.
Por supuesto, Desha-Ann ha confesado su enfado. «Cuando llegó estaba sorprendida, abrumada y confundida, pero seguía teniendo la esperanza de que hubiera alguna solución para esto», ha comentado. «Mi marido tiene un vocabulario colorido… y estaba muy molesto».
Tras la polémica, la compañía ha declarado que no pretende que la pareja pague la factura, que ha demostrado que en su hipoteca no compraron ninguna parte de la calzada pública. «Nuestro objetivo es determinar quién es el propietario de la calle donde se encuentran las farolas para que la factura se pueda pagar en adelante», han informado a los medios.
«Espero que eso suceda. Está fuera de nuestro control», se han lamentado los Kealoha, señalando que la culpa es de los promotores inmobiliarios que quisieron deshacerse de su labor de pago de las farolas.