No cabe duda que en el tema de los tatuajes y los piercings siempre es mejor hacérselos con un profesional y con alguien que tenga un estudio bien montado para asegurar que los procesos se lleven a cabo con las máximas medidas de higiene y seguridad posible.
Sin embargo, no siempre es así. Hay quienes por una cuestión económica deciden hacerse un tatuaje o una perforación con quien sea, lo cual puede tener consecuencias fatales.
Eso fue lo que le ocurrió a una joven brasileña llamada Andressa Souza, de 20 años, quien tras permanecer 24 días en cuidados intensivos de un hospital en la localidad de Dourados, finalmente murió tras una fuerte infección que le causó una sepsis y que le desencadenó un daño cerebral irreversible, y todo a causa de un piercing.
Hace 2 meses, Andressa decidió hacerse un piercing en el labio, solo que no tenía mucho dinero para ello. Así que recurrió a un local en donde le cobraron unos $10 dólares por ponérselo.
Sin embargo, días más tarde, la chica, quien era madre de un niño de 3 años, comenzó a sentir mucho dolor en el área de la perforación; estaba tan hinchado que era imposible retirarle el arete. Esto provocó que se le hiciera una infección que le llegó hasta el torrente sanguíneo y posteriormente hasta su cerebro, afectándole un 37% de dicho órgano.
Los doctores no le daban un buen pronóstico a su familia, ya que en caso de que lograra sobrevivir, era muy probable que quedara en estado vegetativo. Finalmente falleció el pasado 9 de julio.
La madre de la chica comentó a un medio local que su hija pagó por el piercing pero no sabe si el establecimiento tenía licencia para realizar el procedimiento o si se trataba de una persona profesional.