Onut se declaró culpable de las muertes. Asimismo, reconoció que estaba viendo videos eróticos y que “no tenía posibilidad de detenerse”, por lo que recibió una condena de ocho años y diez meses en prisión.

Debtro de la cárcel, el acusado ofreció una disculpa, argumentando que fue una “muy mala elección” y que podría decir “un millón de cosas más a la gente”.

“Me siento mal por las personas que perdieron seres queridos, personas lesionadas que tienen que sufrir el resto de su vida. Es muy difícil aceptar eso, vivir el resto de tu vida con eso en la cabeza tampoco es fácil”, concluyó.