Por Guillermo Caram
[email protected]

El gobierno ha quedado atrapado en su propia retorica mediática con el reciente e innecesario discurso presidencial. Llamó restaurar esperanzas, con lo cual admite implícitamente que las esperanzas se han perdido. Consideró que somos un oasis, pero casi siempre los oasis no son reales sino espejismos.

Espejismos son ilusiones visuales provocados por delirios calurosos. La Física enseña que se originan al refractarse rayos de luz “que hacen cambiar imágenes distantes o provenientes del cielo”.

En la política y en la economía se presentan espejismos: acercando lo distante, visualizando lo etéreo.

Es espejismo hablar de autosuficiencia alimentaria, cuando importamos US$2,500millones en aceites, leche, arroz, azúcar y maíz; sin contar los alimentos que pudieran formar parte de los US$ 2,400 millones que las estadísticas del Banco Central reportan como “otros bienes de consumo”.

Lo es pretender combatir inflación con subsidios. Aun cuando provoquen mitigación inmediata, constituye una bomba de tiempo: aumentan consumo y demanda sin aumentar producción y oferta (ver:El IPC no se frena con más gasto público – elEconomista.es)

Los subsidios son insostenibles al escasear recursos. Mal corregidos provocan protestas sociales. Argentina, su flamante Superministro de Economía ha planteado revalidar subsidiados, haciéndoles resolicitarlos, para determinar quienes han dejado de necesitarlos. Aquí nos vanagloriamos incrementándolos progresivamente sin evaluar quienes lo están o siguen necesitando.

(Ya los subsidios cubren 60% de las familias necesitadas. Sumados los empleados públicos y los suplidores, alcanzan la totalidad de las familias dominicanas lo que nos califica como una sociedad esencialmente subsidiada (estatizada?)

Es espejismo creer que el gobierno sembrando directamente va a equiparar la agropecuaria al resto de la economía. Lo sería reorientando los RD$48milmillones gastados en subsidios, para financiando producción de tierras baldías, subutilizadas.

Es espejismo considerar que subsidios al transporte van a mejorar el servicio y reducir taponamientos consumidores de combustible, tiempo y dinero; Que apagones y precios de energía disminuirán aumentando generación como hacía el gobierno anterior para defender Punta Catalina; Que la educación mejorará al seguir gastando 4%/PBI; Que salud es solo COVID y no otras patologías epidémicas como el dengue abonadas por malas disposiciones de residuos; Que va a mejorar la administración pública con acuerdos de cooperación entre funcionarios para reconsignar lo consignado en leyes. Ilusionarse con recaudaciones elevadas que son consumidas por burocracia, subsidios, deudas; dejando de invertir 1/3 de lo presupuestado.

Es creerse que condiciones de empleo mejorarán con informalidad no tributante ni cotizante a seguridad social; haber alcanzado lo máximo o escucharlo de asalariados adulones o auto-adulones; cacarear huevos que no se ponen o cacarearlos antes de ponerlos, como combatir impunidad transcurridos dos años sin señales condenatorias.

Pretender restaurar esperanzas con espejismos, constituye el mayor de los espejismos.