Sophie Wheldon, de Solihull, Reino Unido, tenía solo 19 años cuando le diagnosticaron leucemia, es decir, cáncer de los glóbulos blancos.

La joven, ahora de 24 años, cuenta como descartó una infección en el pecho, los dolores de cabeza y el dolor de cuello pensando que era estrés mientras estudiaba. Todos ellos eran síntomas de la grave enfermedad que estaba padeciendo sin percatarse. Hoy día, una vez recuperada, cuenta su historia para intentar que las señales de alarma de la leucemia sean reconocibles por todos.

Sophie estaba estudiando Biología en 2018 cuando comenzaron los dolores de cabeza y de cuello. Fue entonces al médico de cabecera porque sintió que «las cosas no estaban bien». Su doctor asumió que, como era estudiante, podría ser meningitis, pero fue una sorpresa para todos cuando se descubrió que tenía leucemia linfoblástica aguda de células B.

Desde urgencias fue trasladada a la sala de pacientes «agudos» donde le hicieron análisis, tomografía computarizada de cuerpo completo y una biopsia de médula ósea. Cuando la vio el especialista se enteró de que estaba «clasificada como enferma terminal».

El diagnóstico de leucemia fue un gran ‘shock’ para ella y su familia, pero mirando hacia atrás, dice que tenía una serie de síntomas reveladores. «Fue muy inusual. En ese momento estaba estudiando Biología en la Universidad de Chester y acababa de terminar mi segundo año. Sabía que algo andaba mal, pero nunca hubiera pensado que sería leucemia», cuenta a

«Al principio, lo achaqué a ser estudiante y estar estresada con la universidad», dijo, «pero llegó un punto en el que el dolor simplemente no desaparecía. Fui al médico y me instaron a ir al hospital para que me hicieran un chequeo de meningitis. El doctor dijo ‘tus dolores de cabeza pueden ser absolutamente cualquier cosa, pero el dolor de cuello… eso no me gusta para nada’».

«Tuve una infección en el pecho que duró bastante tiempo y eso fue aproximadamente un mes antes de que me diagnosticaran». A esto se sumaba «fiebre bastante alta». «Cuando miro hacia atrás, todo eran pequeñas banderas rojas», agrega.

Tras el diagnósticos devastador que recibió vino la esperanza: le dijeron que podía ser elegible para un tipo particular de tratamiento llamado terapia CAR-T.

«Me convertí en la primera persona en West Midlands en recibir el tratamiento. Mis células se recolectaron, listas para ser enviadas y fabricadas en esos increíbles CAR-T», dice la joven sobre la terapia. «Todo el proceso implica sacar parte de tu sistema inmunológico y sus glóbulos blancos y fabricarlos para que reconozcan y se dirijan esencialmente a las células cancerosas».

«Pasan tu sangre de un brazo a una máquina que gira muy rápido y separa tus células. El resto de tu sangre vuelve a entrar por ahí. Y las células T entran en esta bolsa que se envía para ser fabricada en Estados Unidos. Agregan el elemento CAR y luego te lo devuelven», explica sobre el tratamiento que recibió.

«Entonces, estas células CAR T inteligentes buscan las células defectuosas, y para mí esas fueron las células B CD19+, y luego las atacan y las matan. Básicamente mata el cáncer desde dentro. Como estoy usando mis propias células, no hay posibilidad de rechazarlas», cuenta Sophie.

«Me hicieron una biopsia de médula ósea para que el médico pudiera ver si estaba en remisión y si el tratamiento había funcionado. El 19 de julio de 2019, me dieron la noticia que había anhelado desesperadamente durante todo un año: ‘estás en remisión completa’. Fue literalmente el mejor día de mi vida. No podía creer que finalmente podría empezar a recuperar mi vida».

Ahora, quiere que otros conozcan los síntomas para que puedan recibir tratamiento temprano y recuperarse también.

«Los síntomas de la leucemia pueden ser tan vagos y fáciles de pasar por alto, pero siempre confía en tus instintos. Tú conoces tu propio cuerpo: si sientes que algo no está del todo bien, simplemente ve al médico de cabecera tan pronto como puedas. La leucemia debe diagnosticarse lo antes posible», indica.

Los cuatro síntomas más ampliamente reportados de la leucemia son:

– Sangrado

– Moretones

– Fatiga

– Infecciones

Junto con los cuatro principales, la fiebre, el sudor nocturno, el dolor de huesos y articulaciones y los ganglios linfáticos inflamados también son síntomas.