Santo Domingo:- Joaquín Alcántara, un hombre de 65 años, vive momentos de angustia al casi perder un ojo tras ser atacado por segunda vez por un perro de raza Pitbull, en un hecho ocurrido en el Ensanche La Paz del Distrito Nacional. Sorprendentemente, este incidente sucedió exactamente un año después de haber sido atacado por el mismo animal.

Alcántara, quien recibió cerca de 40 puntos en unos de sus brazos, no solo se tienes que lidiar con el dolor dejado por la mordedura del peligroso canino, sino que debe someterse a dos vacunas antirrábicas adicionales, sumando así un total de seis, ya que había recibido cuatro el año anterior después del primer ataque.

Este amargo episodio se suma a los desafíos que Joaquín enfrenta en su vida, pues hace apenas unas semanas le diagnosticaron cáncer de próstata. Él está sometiéndose a análisis constantes y luchando por su salud.

“Y tengo cáncer, estoy haciéndome estudios para pararme, esto fue ahora, estoy haciéndome todos los estudios para operarme y vino este perro a meterse en el medio, pero salimos de esta, yo soy hijo de Dios”, expresó el señor entre sollozos. 

Joaquín expresó su fe y consuelo en Dios, a decir que “Dios me protegió”, Aunque se siente agradecido por haber sobrevivido al ataque, también está decidido a tomar acciones legales contra los dueños del perro, indicando que estos no han colaborado con los gastos médicos u otro particular.

“Voy para la justicia, yo le voy a poner una demanda, porque ellos dejaron ese perro atento a ellos ahí y la comunidad pidiéndoles que lo saque y qué va”, sostuvo.

Según la versión de Joaquín y algunos miembros de la comunidad, él caminaba por la calle frente a la residencia donde vive el perro cuando el canino saltó la verja y lo atacó de forma violenta, dejándolo inconsciente en el suelo.

Asimismo, narró que las mordeduras el 20 de julio del año pasado, ocurrieron en las mismas circunstancias, llegando en esa ocasión a un acuerdo económico para los gastos médicos con los dueños del animal, aunque el pedido original era que el animal fuese sacado de la comunidad por las autoridades caninas correspondientes.