El riesgo de inundaciones peligrosas seguía siendo alto este lunes en el centro de Texas, donde se esperan nuevas lluvias mientras las autoridades continúan buscando a decenas de personas desaparecidas tras el devastador diluvio del fin de semana festivo, que ha dejado al menos 82 muertos, incluidos niños que asistían a campamentos de verano.

Las autoridades locales temen que el número de víctimas continúe aumentando. En el condado de Kerr, los residentes comenzaron a remover escombros y a recuperar lo que pudieron de sus propiedades destruidas, luego de una crecida repentina registrada el viernes por la noche.

Reagan Brown, residente de la zona, relató que sus padres octogenarios lograron huir colina arriba cuando el agua comenzó a inundar su hogar en la localidad de Hunt. Al enterarse de que su vecina de 92 años estaba atrapada en el ático, regresaron para rescatarla.

“Llegaron a su cobertizo de herramientas en un terreno elevado, y durante la madrugada varios vecinos se refugiaron allí con ellos”, contó Brown.

Campamento infantil devastado

Uno de los puntos más afectados fue el Campamento Mystic, un campamento de verano solo para niñas, donde diez menores y una asesora permanecen desaparecidas. Los rescatistas trabajan en un terreno peligroso, con abundancia de serpientes y árboles caídos, buscando sobrevivientes.

El gobernador Greg Abbott confirmó que al menos 41 personas siguen desaparecidas en todo el estado, aunque advirtió que la cifra podría ser mayor.

En la región de Hill Country, conocida por albergar múltiples campamentos de verano, se han encontrado 68 cuerpos, incluidos 28 niños, según el jefe policial del condado de Kerr, Larry Leitha. Otras 10 muertes se reportaron en los condados de Travis, Burnet, Kendall, Tom Green y Williamson.

El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas el jueves, seguidas de avisos de emergencia por inundaciones repentinas durante la madrugada del viernes, señalando un peligro inminente. Aun así, han surgido cuestionamientos sobre si las advertencias fueron suficientes y si se tomaron las precauciones necesarias en una zona históricamente vulnerable a las crecidas.

El administrador de Kerrville, Dalton Rice, aseguró que se llevará a cabo una revisión completa de la respuesta ante la emergencia.

El presidente Donald Trump firmó el domingo una declaración de desastre grave para el condado de Kerr y anunció que planea visitar la zona el viernes. “Es absolutamente horrible lo que ocurrió”, dijo a la prensa. “No fui hoy porque solo estaríamos estorbando”.

Cuando se le preguntó si planeaba reformar o eliminar FEMA, Trump evitó dar detalles: “Es algo de lo que podemos hablar más tarde”. También descartó la posibilidad de recontratar meteorólogos federales despedidos, diciendo que “nadie vio venir esto”.

El gobernador Abbott declaró el domingo como día de oración en Texas. Desde Roma, el papa León XIV, el primer pontífice estadounidense, dedicó una oración especial por las víctimas del desbordamiento del río Guadalupe. “En particular por las niñas que estaban en el campamento de verano”, dijo en inglés durante su bendición dominical.

Escenas de dolor y búsqueda

En la zona afectada, familias regresaron al campamento para tratar de recuperar pertenencias. Una niña salió con una gran campana de metal, mientras otra adolescente lloraba al observar los escombros desde el auto de su familia. Algunos se llevaron lo poco que quedó, como un baúl azul o pequeñas pertenencias empapadas.

Voluntarios y parientes de los desaparecidos llegaron al área para ayudar, pese a que las autoridades pidieron no intervenir por seguridad. Las cuadrillas de rescate utilizan maquinaria pesada para despejar el río de troncos y ramas mientras continúa la búsqueda.

En medio de la tragedia, también surgen relatos de valentía: una cabaña llena de niñas fue rescatada cruzando un puente, aferradas a una cuerda tendida por socorristas. Una niña de ocho años de Alabama y una directora de otro campamento están entre las víctimas mortales. También se reporta la desaparición de dos hermanas escolares de Dallas, cuya cabaña fue arrastrada por el agua. Sus padres, alojados en otra cabaña, sobrevivieron; los abuelos aún no han sido encontrados.

AP