Por Johnny Arrendel

Para encaminarse a la trascendencia, lo primero que deberá procurar Carlos Amarante Baret es reconocer y reivindicar el papel protagónico de los maestros en el sistema educativo.

Sí, apoyándose en las familias y el profesorado, podrá la Educación retomar el brillo que obtuvo en los tiempos de la primera experiencia del Partido de la Liberación Dominicano en el gobierno, de 1996 a 2000.

Los padres y madres son los primeros responsables de la instrucción de sus niños, y en un sistema de enseñanza efectivo complementan el trabajo que se hace en los planteles, que a su vez, obtiene su grado óptimo cuando se cuenta con maestros bien calificados y supervisados.

Claro que para encaminar los mejores talentos hacia la carrera docente, esa labor debe ser verdaderamente atractiva en sus beneficios y remuneración, lo que se requiere sea reconocido por la institución rectora.

Josefina Pimentel nunca se dignó, y al parecer no contó con la capacidad y humildad necesarias, de sentarse con el componente fundamental que garantiza la calidad de la enseñanza: los maestros, y discutir así de frente la problemática del sector.

“Lo que mal comienza mal acaba”, recordemos que en tiempos en que el candidato Danilo Medina enunciaba su promesa de horario extendido, Pimentel se apresuró a poner en practica un fallido plan piloto de ese modelo pedagógico.

Sin embargo, justo al iniciar el gobierno de Medina, salió a relucir que los maestros de esa modalidad no tenían la seguridad de cobrar sus salarios cada mes, debido a falta de planificación en el Ministerio.

Está claro que en este país la denominación “plan piloto” se asocia con iniciativas frustradas o natimuertas, que siempre se quedan a medio camino. Por tanto, en lugar de acelerarse a implementar en escala ínfima lo que prometía el candidato, la ministra debió asentar la planificación de una iniciativa revolucionaria.

Ahora, cuando ante la ausencia de una adecuada ejecución del proyecto de edificación de nuevas aulas, Pimentel es destituida, es bueno recordar que las debilidades en su gestión venían desde lejos.

Otro botón de muestra: Educación tuvo tiempo de realizar una licitación para establecer un nuevo diseño de las butacas escolares, acorde con nuestra realidad, y en efecto, se identificó el modelo y su creador obtuvo una bonificación millonaria, además de un jugoso contrato de fabricación.

Sin embargo, a pocas semanas de iniciarse el año lectivo, el Ministerio anunció de manera desenfadada que se apresta a comprar cientos de miles de las mismas butacas en uso, con el alegato de que “no hay tiempo para fabricar e introducir las de nuevo diseño”.

Con un presupuesto en manos que cumple las expectativas de la sociedad a todos sus niveles por primera vez en nuestra historia, el ministro Amarante Baret podrá resolver los problemas de gerencia que hicieron zozobrar a su antecesora, pero sin dudas que alcanzará los mejores resultados si se apoya en el magisterio.