Ciudad del Vaticano.- La pena de excomunión que el papa Juan XXIII aplicó el 3 de enero de 1962 al máximo líder cubano, Fidel Castro, cumple hoy 50 años, cuando está programado para el próximo mes de marzo el viaje de Benedicto XVI a la isla caribeña.
Castro fue excomulgado después de declararse marxista-leninista y anunciar que conduciría a Cuba al comunismo, en su histórico discurso de 2 de diciembre de 1961, además de mostrar su hostilidad manifiesta hacia la religión católica con la expulsión de 131 sacerdotes y el cierre de escuelas religiosas.
Por lo tanto, Fidel Castro, como bautizado y miembro de la Iglesia Católica, fue excomulgado por Juan XXIII.
El conocido como «papa bueno» se apoyó para ello en el decreto de Pío XII (1949) elaborado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que estableció la pena de excomunión para todo aquel que difundiera el comunismo, una ideología que combatió el Vaticano desde el siglo XIX y en el XX con más ahínco vistos los resultados de la revolución rusa (1917).
La revolución liderada por Castro ya se había proclamado «socialista», y más tarde el Estado se calificó como «ateo», hasta que en 1992 esa definición fue sustituida en la Constitución por la de «laico».
Benedicto XVI viajará en marzo a México y Cuba, en su segunda visita a Latinoamérica -estuvo en Brasil en 2007- y primera a países de habla española en la región.
El presidente Raúl Castro, hermano de Fidel Castro, aseguró el pasado 18 de diciembre que Cuba recibirá al papa Benedicto XVI con «afecto y respeto», una visita que coincide con el Año Jubilar en Cuba por el IV Centenario del hallazgo de la imagen de la Caridad del Cobre, la patrona de la isla.
Aunque aún no se conocen los pormenores de la agenda que desarrollará Benedicto XVI, es previsible que uno de los actos centrales tenga lugar en el Santuario del Cobre, en la provincia oriental de Santiago de Cuba, donde se guarda la imagen de la Virgen de la Caridad, que fue coronada personalmente por el papa Juan Pablo II el 24 de enero de 1998, durante su visita a la isla.
Sin embargo, no hay constancia oficial de que el papa se reúna con Fidel Castro, cuya excomunión nunca ha sido levantada.
Fuentes del Vaticano dijeron a Efe que desconocían el aniversario de la excomunión del retirado mandatario cubano y que no hay nada previsto al respecto, aunque subrayaron que la sanción espiritual a Fidel Castro «no supuso ningún problema cuando Juan Pablo II visitó la isla» en 1998.
Tampoco precisaron las fuentes vaticanas si el papa Raztinger se reunirá con el líder de la revolución cubana en su visita a la isla.
En efecto, la excomunión no impidió que el comandante recibiera con los brazos abiertos a Juan Pablo II en su visita en 1998 y asistiera en primera fila, junto a su Gobierno, a la misa de despedida del papa celebrada en la plaza de la Revolución en La Habana el 25 de enero.
Durante la misa, en el momento de darse la paz, el cardenal arzobispo de la Habana, Jaime Ortega, y los obispos cubanos bajaron del altar a dar la paz a Fidel Castro, quien asistía a misa por primera vez desde su niñez.
Tales eran las manifestaciones de entusiasmo de Castro por la visita de Juan Pablo II, que su amigo el escritor colombiano Gabriel García Márquez le preguntó: «¿Fidel, qué haces que no se te ve?» a lo que el comandante respondió: «Estoy viendo misas».
Incluso, Fidel Castro se presentó de improviso en el encuentro de Juan Pablo II con el mundo de la cultura en la Habana, y el papa tuvo que incluir rápidamente su nombre en el inicio de su discurso.
Con la visita de Juan Pablo II, Cuba levantó la prohibición de las procesiones públicas, la Navidad fue retomada como una celebración oficial, fue autorizado el ingreso al país de sacerdotes y religiosas, y fueron permitidos esporádicos mensajes litúrgicos en los medios de comunicación oficiales.
El mensaje de Juan Pablo II en esa visita fue «que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba». Así lo repitió su sucesor, Benedicto XVI, lo que fue interpretado como «un espaldarazo» a la misión de la Iglesia de la isla y su contribución a dar una imagen a favor de Cuba a nivel internacional.
Pero el hecho de que Castro fuera recibido por Juan Pablo II en 1996 o que éste visitara la isla dos años más tarde y que Benedicto XVI viaje en 2012 a Cuba en calidad de papa y de jefe de Estado no significa, al parecer, que el Vaticano esté dispuesto a levantar la excomunión al antiguo alumno de los jesuitas, de 85 años.
Ello, a pesar de la tibia apertura religiosa del régimen, como la inauguración en noviembre de 2010 del nuevo seminario católico San Carlos y San Ambrosio, ubicado a las afueras de La Habana.
Nota publicada por EFE.
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