Sentencia por asesinato

EL SEIBO.- Fueron dictados 15 años de prisión en contra de un hombre que fue acusado por el Ministerio Público de haber asfixiado a su suegra, en un hecho ocurrido en esta provincia en el mes de septiembre de 2017.

El Tribunal Colegiado de El Seibo dictó la sentencia condenatoria en contra de Leo Zapete Martínez, alias Jabalí, luego que lo declarara culpable del asesinato de su suegra Eulalia Taveras, alias Mercedes, quien previo al condenable hecho había sido reportada como desaparecida.

Zapete Martínez, quien fue declarado culpable de violar los artículos 295 y 304-II del Código Penal Dominicano, deberá cumplir la sentencia impuesta en la cárcel pública de El Seibo.

El Ministerio Público indicó a través de un comunicado de prensa, que por su vinculación a este caso es perseguido otro hombre identificado como Jesús Zapete García, alias El Puma.

La Procuraduría Fiscal del Distrito Judicial de El Seibo, representada por el fiscal titular Jorge Manuel Herrera Rondón y el fiscal de esta demarcación Víctor Ramón Camacho Padua, demostraron con diferentes pruebas que el acusado cometió el crimen, que consternó a toda la comunidad.

En relación al hecho, el Ministerio Público estableció en el expediente acusatorio que en fecha 6 de septiembre de 2017 en horas de la noche desapareció de su casa del sector La Yagua, del municipio de Miches, la señora Eulalia Taveras. Indica que previó a su desaparición había sostenido una acalorada discusión con la víctima, estando acompañado en esa ocasión por Zapete García.

Además, detalla que tras la desaparición de la víctima los familiares empezaron a buscarla en los refugios de la provincia por las fuertes lluvias que se registraban en el país producto de la tormenta Irma, siendo encontrado su cuerpo el día 8 de septiembre en una cañada de la zona.

Indica que en un principio los familiares pensaron que se había ahogado como consecuencia de las lluvias torrenciales producto del fenómeno atmosférico, sin embargo, el cuerpo presentaba hematomas que hacían presumir que se trataba de una muerte de naturaleza violenta, lo cual fue confirmado por el Instituto Nacional de Ciencias forenses (INACIF), el cual determino que se trató de una muerte por asfixia por sofocación.